Vargas Llosa, el último escritor del boom latinoamericano

AFP

El nóbel de literatura hispanoperuano Mario Vargas Llosa, que el jueves se convertirá en el primer escritor en ingresar en la Academia Francesa sin haber escrito nunca en francés, es el último y más prolífico representante de la generación de oro de la literatura latinoamericana.

Escritor universal a partir de la compleja realidad peruana, formó parte del llamado ‘boom’ latinoamericano junto a otros grandes como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar o los mexicanos Carlos Fuentes y Juan Rulfo.

Su descripción de las realidades sociales en obras como “La ciudad y los perros” o “La fiesta del chivo” le han valido una admiración universal, al punto de ser admitido en la institución francesa creada por el cardenal Richelieu en el siglo XVII. 

Pero sus posiciones económicamente liberales han suscitado hostilidad en medios intelectuales que tienden generalmente a la izquierda.

“Los latinoamericanos somos soñadores por naturaleza y tenemos problemas para diferenciar el mundo real y la ficción. Es por eso que tenemos tan buenos músicos, poetas, pintores y escritores, y también gobernantes tan horribles y mediocres”, dijo poco antes de recibir el Nobel en 2010.

Nacido en la sureña ciudad peruana de Arequipa el 28 de marzo de 1936 en una familia de clase media, fue educado por su madre y sus abuelos maternos en Cochabamba (Bolivia) y luego en Perú. 

Tras sus estudios en la Academia Militar de Lima obtuvo una licenciatura en Letras y dio muy joven sus primeros pasos en el periodismo.

Se instaló en 1959 en París, donde se casó con su tía política Julia Urquidi, 10 años mayor (que inspiraría más tarde “La tía Julia y el escribidor”) y ejerció varias profesiones: traductor, profesor de español y periodista de la Agence France-Presse (AFP). 

Años después, rompió con Urquidi y se casó con su prima hermana y sobrina de su exmujer, Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos y cincuenta años de relación.

Se divorció de Patricia tras iniciar en 2015, con casi 80 años, un romance con una conocida personalidad del mundo madrileño, Isabel Preysler (exesposa del cantante Julio Iglesias), de quien también se acabó separando, a finales de 2022.

– Prolífica carrera literaria –

Su carrera literaria despuntó en 1959 con ‘Los jefes’, un libro de relatos con el que obtuvo el Premio Leopoldo Alas. Cobró notoriedad con la novela ‘La ciudad y los perros’, en 1963, seguida tres años después por ‘La casa verde’, y se consolidó con ‘Conversación en la Catedral’ (1969).

Siguieron, entre otras, ‘Pantaleón y las visitadoras’, ‘La tía Julia y el escribidor’, ‘La guerra del fin del mundo’, ‘El pez en el agua’ (memorias de su campaña electoral), ‘La fiesta del Chivo’ y ‘El sueño del celta’, publicada poco antes de recibir el Nobel.

Ya entonces advirtió que quería escribir hasta el último día de su vida y dio fe de esa voluntad con obras como ‘El héroe discreto’ o ‘Tiempos recios’, sobre la agitada historia reciente de Guatemala, que le valió el Premio Francisco Umbral de Novela.

Con su obra traducida a treinta lenguas, Vargas Llosa ha sido galardonado con los premios Cervantes, Príncipe de Asturias de las Letras, Biblioteca Breve, el de la Crítica Española, el Premio Nacional de Novela del Perú y el Rómulo Gallegos.

Obtuvo la nacionalidad española en 1993.

– Laureado escritor… controvertido en política –

Vargas Llosa se sintió de joven seducido por Fidel Castro, pero en 1971 rompió con la revolución cubana por el caso del poeta Heberto Padilla, obligado por el régimen a una humillante “autocrítica” pública.

Fue candidato a la presidencia de Perú en 1990. Era favorito hasta que apareció el entonces desconocido agrónomo Alberto Fujimori, quien resultó electo. 

Tras su fracaso electoral volvió a las letras, de donde -según manifestó- nunca debió salir.

Pero no se mantiene ajeno a los avatares de la política mundial, arremetiendo en los últimos años contra el populismo, “la enfermedad de la democracia”, donde incluye al chavismo y el castrismo, a la ultraderecha y a la izquierda radical europea y el nacionalismo independentista catalán.

Tuvo una estrecha amistad con Gabriel García Márquez, que terminó abruptamente en un incidente confuso que ambos han preferido no tocar. “Que los biógrafos se encarguen de ese tema”, dijo alguna vez Vargas Llosa.