Picasso y el arte prehistórico a examen en el museo del Hombre de París

AFP

El arte prehistórico, “descubierto” con la llegada del siglo XX, acompañó e influyó decisivamente en la carrera del pintor español Pablo Picasso, como demuestra una exposición que se abre el próximo miércoles en el Museo del Hombre de París.

Compuesta por unas 40 piezas, básicamente pinturas y esculturas del pintor malagueño y pequeñas obras rupestres, la exposición forma parte de la celebración del 50º aniversario de la muerte de Picasso (1881-1973).

El artista nació apenas dos años después del descubrimiento de Altamira (Santander, norte de España), uno de los yacimientos de arte prehistórico más importantes del mundo.

“Pero las pinturas rupestres de Altamira son autentificadas en 1902”, cuando Picasso se hallaba en Barcelona, en los albores de su carrera, explicó a los periodistas este jueves la comisaria de la exposición, la historiadora Cécile Godefroy.

A través de la prensa y de revistas especializadas, el pintor se mantiene informado de esos descubrimientos arqueológicos, de la misma manera que asiste fascinado a las primeras exposiciones de arte africano, ya en París.

Cuando en 1922 se anuncia el descubrimiento de la “Venus Lespugue”, una mujer de rostro desconocido y formas voluminosas, Picasso compra dos moldes de la figurita.

“¿Por qué me gusta mi Venus prehistórica? ¡Porque nadie sabe nada de ella!”, exclamó en una ocasión Picasso al escritor francés André Malraux (“La tête d’obsidienne”, 1974).

Los animales retratados con trazos enfebrecidos en la cueva de Altamira o las palmas de manos enrojecidas también dejaron su huella en Picasso.

“Picasso descubrió con mucha emoción las artes prehistóricas en la sede original del Museo del Hombre” de París, recordó por su parte Cécile Debray, directora del Museo Picasso de París.

Destaca a la entrada de la exposición “Mujer lanzando una piedra”, un cuadro de 1931 que recuerda a alguna de esas figuras onduladas que se pueden admirar en grutas como la de Lascaux, en Francia (descubierta en 1940).

Y al cierre de la exposición, una donación muy reciente de Maya Picasso (hija del pintor): una “Venus del gas” de 1945, hecha con un simple quemador de gas puesto de forma vertical por el pintor.

Las colecciones de huesos y piedras de Picasso dialogan con las obras pintadas o toscamente esculpidas por artistas hace miles de años.

La exposición, la primera que se organiza bajo este prisma en Francia, estará abierta hasta el 12 de junio.