AFP
Elon Musk volvió a cambiar de opinión: finalmente, a pocos días del juicio que le enfrenta a Twitter, decidió seguir adelante con la compra de la red social al precio pactado en abril, una operación que alcanzaría los 44,000 millones de dólares.
El empresario quiere “concluir la transacción establecida por el acuerdo de compra del 25 de abril de 2022”, en los términos previstos, señalaron sus abogados en una carta dirigida al grupo californiano el lunes y presentada al martes ante la SEC, la agencia que regula la bolsa estadounidense.
Musk pone una sola condición en su misiva: el término del procedo judicial en curso ante un tribunal de Delaware.
“Recibimos la carta. (…) La intención de la empresa es concluir esta transacción” al precio pactado, señaló por su parte la red social en un tuit, luego de que la noticia fuera revelada por Bloomberg horas antes.
La cotización de Twitter fue suspendida momentáneamente en Wall Street luego de conocerse la noticia. La acción vio congeladas sus operaciones durante cinco minutos primero, y se disparó hasta 18% antes de ser nuevamente suspendida.
Al cierre en Wall Street, Twitter terminó por todo lo alto, con una inusitada ganancia de 22,24%, a 52 dólares por acción.
Según la cadena CNBC, el acuerdo podría sellarse entre viernes y lunes.
– Idas y vueltas –
Las dos partes firmaron un contrato a fines de abril, pero Musk unilateralmente quiso abandonar el acuerdo en julio.
La red del pajarito azul lanzó una querella judicial para forzarlo a honrar su compromiso, y parecía que tenía chances de ganar en una corte.
El anuncio “es una señal clara de que Musk reconoce que sus chances de ganar contra el directorio (de Twitter) ante un tribunal de Delaware son muy bajas, y que la compra a 44,000 millones de dólares tendrá lugar de una forma u otra”, sostuvo el analista Dan Ives, de Wedbush Securities.
Musk bombardeó a Twitter con críticas antes y luego de la firma del convenio, acusándola en particular de censurar a los usuarios y no luchar lo suficiente contra los spams y cuentas falsas.
El multimillonario fundador de Tesla justificó su marcha atrás sobre el pacto de compra, afirmando que la proporción de cuentas automatizadas en la red social era ampliamente superior al 5% que la empresa declaraba.
Ante la querella de Twitter, la presidenta del tribunal especializado de Delaware otorgó a la empresa su pedido de un proceso rápido, mientras que Musk quería esperar al 2023 y solicitó una cantidad astronómica de datos.
El juicio estaba previsto entre el 17 y el 21 de octubre.
“Twitter va a querer un contrato blindado esta vez, que en resumen dirá ‘danos el dinero y podemos cerrar’. Van a querer que Musk adelante una buena parte de la suma total”, comentó Adam Badawi, profesor en Derecho Comercial de la universidad de Berkeley.
– Preocupaciones –
Musk pareció ganar terreno en su causa cuando Peiter Zatko, ex jefe de seguridad de Twitter despedido en enero, acusó a fines de agosto al grupo de importantes fallas de seguridad, en un informe enviado a autoridades estadounidenses.
Pero durante las audiencias preliminares con la jueza, sus abogados parecieron tener dificultades para sostener las acusaciones sobre cuentas falsas.
Uno de los abogados de Twitter dio cuenta de dos reportes de sociedades de análisis de datos contratadas por el empresario, Cyabra y CounterAction, que evaluaron la cifra de cuentas falsas en un rango de 11% la primera y 5,3% la segunda.
“Ninguno de los informes afirma, ni de cerca, lo que Musk dijo a Twitter y al mundo entero en su carta del 8 de julio”, señaló el abogado Brad Wilson durante una audiencia.
Si la operación de compra finalmente se concreta, el riesgo de que los reguladores se opongan es bajo, según Dan Ives.
De todos modos, la percepción de que Musk sea finalmente el dueño de Twitter “causará una tormenta de preocupaciones y preguntas de parte de los usuarios y de los políticos”, sostuvo el analista.
El acuerdo de abril fue recibido con recelo por sectores más a la izquierda y alegría por sectores a la derecha del espectro político, por la idea de que Musk podría flexibilizar las reglas y la moderación de contenidos.