MV Bill, el rapero que da voz a las favelas de Brasil

AFP

Brasil tuvo muchos gobiernos desde que MV Bill inició su carrera en 1988, pero “ninguno fue capaz de resolver los problemas de las favelas” y el de Jair Bolsonaro menos que ninguno, afirma el respetado rapero y activista social.

Pobreza, violencia, corrupción policial, falta de oportunidades: Alex Pereira Barbosa, oriundo de Cidade de Deus, una populosa favela de Rio de Janeiro, cree que nada cambiará en los barrios periféricos si los brasileños no eligen conscientemente a sus gobernantes.  

Por eso, a sus 47 años, sigue honrando su nombre artístico (“MV” por “Mensajero de la Verdad”, como lo apodaron sus amigos) lanzando versos punzantes con las vivencias de esa comunidad que cobró fama con la película “Cidade de Deus”, de 2002.

“Hoy somos cucarachas en un gobierno insecticida / si no sirves de instrumento te tratan como enemigo”, canta en un pista de su último disco, “Voando Baixo” (Volando Bajo), crónica indignada de un Brasil que sufre con los rumbos de la política, la pandemia y los efectos del aislamiento social. 

En vísperas de un año electoral, critica frontalmente al presidente Bolsonaro en sus canciones y quiere “mostrar que cada movimiento político equivocado tiene un impacto directo en nuestras vidas, principalmente durante una pandemia”.

Pero sus dardos no están dirigidos exclusivamente al gobierno actual. 

“De los que pasaron por la Presidencia de Brasil, ninguno fue capaz de resolver el problema de las favelas, de viviendas precarias, violencia y corrupción policial, hospitales con mala atención, escuelas que no funcionan”, dice a la AFP el artista. 

“Tengo canciones de 1999 que ya hablaban de eso (…). Hay canciones viejas que sirven para la gestión actual y otras nuevas que se aplican a gobiernos anteriores”, sostiene.

El cambio de paradigma, cree, pasa por un mayor protagonismo popular. 

“Somos nosotros quienes vamos a cambiar eso, con personas comunes postulándose a cargos de poder y dejando de votar por quienes no nos representan”. 

– Un veterano en TikTok –

Su voluntad de transformar la realidad lo llevó a participar en numerosas iniciativas sociales y a ser uno de los fundadores de la Central Única das Favelas (CUFA), una ONG con proyectos en Rio y otras partes de Brasil. 

Ampliamente reconocido por su música, MV Bill es también actor, conductor de TV, escritor y productor. El documental “Falcao – Meninos do Tráfico” (Halcón – Niños del tráfico), de 2006, ganó uno de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España. 

Como a todos los artistas, la pandemia le impidió realizar conciertos: “Nuestro sector es el primero en parar y será el último en regresar. Trabajamos con aglomeraciones”, resume. 

Los ingresos de las plataformas digitales le ayudan a “sobrevivir, pagar las cuentas y también a reinvertir para componer nueva música”, explica el rapero, que produce sus discos de forma independiente, sin un gran equipo ni una casa musical detrás, y tiene más de 1 millón de oyentes mensuales en Spotify.

“Soy dependiente de mis fans”, comenta. 

Junto a sus admiradores, MV Bill también ha conquistado nuevas audiencias en la aplicación de videos TikTok, donde sus temas son usados en cientos de doblajes. “Estilo Vagabundo 3”, que recrea una acalorada discusión de pareja, ha sido utilizada en más de 318.000 videos. 

“Eso hizo que mi música llegase a personas mucho más jóvenes”, relata.

– Pies en la tierra –

Pero este éxito entre las nuevas generaciones no está moldeando su arte. MV Bill asegura que su último álbum va a contramano de las fórmulas que prosperan en el escenario actual del rap, que “gira en torno a temas como el dinero, la ostentación, la mujer cosificada, los bienes materiales, la marihuana, la bebida”. 

“No tengo nada en contra de esos temas, pero el hip hop no es solo eso”, aclara. 

Según el crítico musical Pedro Alexandre Sanches, editor de Cultura de la revista Carta Capital, MV Bill dio a los jóvenes pobres y negros de las favelas “modelos de inspiración positivos y de esperanza”.

El título “Volando Bajo” se contrapone a expresiones como “quiero volar alto” o “quiero alcanzar la cima”, muy comunes en el rap actual. 

“Me parece legítimo que los jóvenes quieran volar, porque volar es soñar. Pero puedes levantar vuelo sin quitar completamente los pies de la tierra”, provoca.