Laura Mora, de víctima de la guerra en Colombia a cineasta “épicopunk”

AFP

Para sobrellevar el dolor por el asesinato de su padre, Laura Mora se refugió en el cine. La directora colombiana, premiada en festivales internacionales, indaga en sus películas sobre “la violencia atada a los hombres” en un género que llama “épicopunk”.

“Los reyes del mundo”, su segundo largometraje, logró los máximos galardones de San Sebastián y Biarritz este año. 

Una película que bascula “entre la realidad y el delirio”, descarnada y poética, que no hubiera sido posible sin el “acto absolutamente liberador” que significó llevar al cine el día que un sicario la dejó huérfana a los 21 años en Medellín, sostiene Mora en conversación con la AFP en Bogotá. 

Su ópera prima “Matar a Jesús” explora el personaje del pistolero, el colapso de la justicia y la sed de venganza. 

“Yo he pensado mucho en por qué la estructura de ‘Matar a Jesús’ (2017) es mucho más clásica (que ‘Los Reyes del mundo’) y creo que era tanto el dolor que (…) esa versión tan aristotélica del cine me permitía ordenar mi propio dolor y mis propias memorias. Y después de hacerla es como que ¡ya, puedo hacer lo que me dé la gana!”, explica la artista de 41 años y melena a la cintura.

Sin el yugo del relato convencional se sumergió entonces en las entrañas del conflicto interno, con una película de viaje hacia “la tierra prometida”, en la piel de cinco jóvenes de la calle, actores naturales de Medellín que interpretaron su propio papel. 

“Creo que esta película es la primera representante del género épicopunk. Es muy épica y hay una cosa de epopeya (…) es grandilocuente, pero luego el espíritu de la película es subversivo, quiere cruzar el cerco, atravesar la propiedad privada, armar una barricada, pararse ante el mundo de una manera muy desobediente”, explica la cineasta, que hizo estudios en Australia.

Mora nació en un país atravesado por más de medio siglo de sangrienta guerra y pasó su adolescencia en una de las capitales del crimen. El Medellín de los 90 era el teatro de operaciones de Pablo Escobar, donde fundó su imperio del narcotráfico y terror. 

“A mí el punk me salvó la vida”, confiesa evocando cuando fundó su propia banda. 

“Canto súper mal, pero lo único que uno necesita para una banda de punk es cantar muy mal”, bromea. 

– Actores naturales –

El despojo de tierras que desplazó a millones en Colombia y está en el corazón del conflicto entre guerrillas, paramilitares y agentes estatales inquieta a Mora. 

El histórico acuerdo de paz de 2016 pactó devolver a las víctimas sus parcelas arrebatadas a sangre y fuego. 

En “Los reyes del mundo” el personaje de Ra recibe las escrituras de una tierra en el Bajo Cauca (noroeste) de la que su abuela había sido despojada. 

Los cinco amigos salen de Medellín en busca de esa promesa, un deseo que la directora había visto de manera reiterada durante el casting.

“Todos los chicos, en algún momento de la entrevista, deseaban un lugar en el mundo, desde lo material hasta lo simbólico”, relata Mora. 

El trabajo con actores naturales es sobre todo un reto de “confianza” y “honestidad” para la artista.

Ella no quiere “tener una actitud salvadora” con unos “chicos a quienes la sociedad les ha fallado profundamente”. 

“Seguro esta experiencia para ellos y para nosotros será inolvidable y espero que sea inspiradora, pero no puedo garantizarles que les cambie sus realidades”, concede. 

Andrés Castañeda, intérprete de Ra, recuperó con el cine la esperanza. 

Antes de la película, pasaba el tiempo “tirado en un callejón consumiendo” drogas y queriéndose “morir”, comenta el joven de 21 años, con un tatuaje en el cuello que reza ”arte”.

– Fragilidad masculina –

Cuando una ola de mujeres cineastas conquista los festivales internacionales con historias que en su mayoría exploran universos femeninos, Mora vira el foco de su mirada. 

Detrás de cámaras la mayoría son mujeres, pero su obra se interesa en la violencia como “un gran patrimonio masculino”, con “la condena que significa ser hombre cuando se nace en ciertos contextos”.

“Si uno mira la historia de Colombia la gran porción de muertos han sido hombres, por lo general muy jóvenes de extracciones humildes. Entonces como mujer me siento muy intrigada a mirarlos y también a fragilizarlos”, sostiene.

En 2021 las víctimas de homicidio en Colombia fueron 12.242 hombres y 993 mujeres, según la autoridad forense. 

Laura Mora considera el cine como un arte que disfruta y padece a la vez, “visceral”, un periplo en el que hace “renuncias muy potentes” donde se sumerge en la obra en detrimento de su propia vida.

“El cine para mí es un territorio absolutamente existencial. No logro separar mi vida del cine y eso no creo que sea muy sano y exige mucho de mí, ¡mucha terapia! (…) pero es la única manera como he podido hacerlo hasta ahora”, admite.