AFP
El mundo del arte aterrizó esta semana en Seúl para la primera edición de Frieze en Asia, en la que la vibrante capital surcoreana busca posicionarse como el nuevo centro artístico regional.
Las ferias Frieze anteriores se han celebrado en capitales artísticas tradicionales como Londres, París o Nueva York, pero expertos del sector dicen que Seúl fue una opción natural para la primera edición del renombrado evento en Asia.
Corea del Sur ha emergido como una potencia cultural en los últimos años, con el éxito mundial de la galardonada película “Parásito”, la serie de Netflix “El juego del calamar”, y las superestrellas del K-pop BTS.
“Frieze apunta a ciudades donde hay amplia apreciación por la cultura”, explicó Patrick Lee, director inaugural de Frieze Seúl a AFP.
Seúl cuenta con una rica escena artística, agregó, con “artistas increíblemente talentosos, museos de clase mundial, colecciones corporativas, bienales y galerías, que la hacen ideal para una feria artística”.
El evento ocurre en momentos que el mundo artístico se aleja de Hong Kong, ampliamente considerado centro del lucrativo mercado artístico de Asia, por la incertidumbre financiera y política.
“Seúl es definitivamente el mercado más vibrante y emocionante ahora en Asia”, señaló Alice Lung, directora de la Galerie Perrotin, que en agosto abrió su segunda galería en Seúl.
Tim Schneider, editor de negocios de arte en Artnet News, consideró que la apertura de grandes galerías occidentales como Pace, Lehmann Maupin, Perrotin y Thaddaeus Ropac, seguidos de Frieze, confirman que Seúl subió de nivel en el escenario artístico internacional.
“Frieze Seúl es solo la confirmación final de que la demanda estaba allí”, dijo a AFP.
– Impulso pandémico –
El mercado artístico local ha tenido un crecimiento explosivo desde el inicio de la pandemia del covid-19, con visitas y ventas récord a las ferias de arte del año pasado.
“Cuando las fronteras estaban cerradas, la gente se enfocó en las visitas en línea”, dijo a AFP Lung de la Galerie Perrotin.
“Eso ayudó a los artistas y galerías coreanos a crecer más rápidamente sin limitaciones físicas y traer más coleccionistas nuevos”, en especial millenials y generación Z, indicó.
Durante este tiempo, los crecientes precios de la vivienda llevaron a muchos jóvenes surcoreanos a buscar opciones de inversión, como acciones, criptomonedas y, para algunos, el arte.
“Muchos jóvenes sufrieron pérdidas con sus inversiones en acciones y criptomonedas, y el arte pareció una apuesta segura, sobre todo después de algunos sonados casos de éxito”, indicó Hwang Dal-seung, presidente de la Asociación de Galerías de Corea.
Lee Kun-hee, el difunto presidente de Samsung, dejó un tesoro de antigüedades y obras de arte, incluyendo piezas de Claude Monet, Salvador Dalí y Pablo Picasso, cuyo valor sería de 3 billones de won (1.500 a 2.200 millones de dólares) que se han valorizado en las últimas décadas, agregó Hwang.
Schneider indicó que Corea del Sur es un “microcosmos de Asia” en términos del surgimiento de coleccionistas nacidos después de 1980, que ahora tienen influencia en el mercado.
“Compradores de este grupo en esta región han modificado la jerarquía de los artistas con más demanda internacional y han aumentado significativamente la velocidad de transición de los artistas del nivel emergente a los de precios de primera clase y fama mundial”, agregó.
– Mirada fresca –
Thaddaeus Ropac, quien abrió su galería el año pasado, dijo que Corea del Sur ofrece una demografía equilibrada de coleccionistas.
“Tienes los coleccionistas muy establecidos que ya no están muy jóvenes y tienen una experiencia increíble y que coleccionan arte por 30 o 40 años”, señaló Ropac a AFP.
“Pero también sientes un abordaje muy fresco al arte” de los coleccionistas jóvenes, agregó.
El galerista australiano, quien comenzó a trabajar con artistas surcoreanos hace casi dos décadas, dijo que la escena artística del país fue “construida por generaciones”.
La llegada de Frieze Seúl ciertamente abrirá el mercado artístico surcoreano, anticipó, pero “también es el resultado de lo que se ha convertido Seúl”.
Schneider agregó que “históricamente, cuando una feria internacional de clase A abre en una ciudad nueva, confirma que la infraestructura del mercado del arte allí es sustentable”.
Pero descartó calificar el ascenso de Seúl en términos de la potencial caída de Hong Kong.
“Creo que es un error pensar que Asia, un continente masivo compuesto por varios países con sus propias historias y tremendas riquezas culturales, no puede tener dos legítimos centros para el mercado artístico”, opinó.