AFP
De la mano de las inconfundibles mariposas amarillas de Gabriel García Márquez, “Encanto” conquistó con su realismo mágico a la audiencia y a la Academia, que el domingo le otorgó el Óscar a la mejor película animada.
La producción de Disney es una carta de amor a Colombia, que trae a la pantalla su riqueza cultural y natural para contar la historia de los Madrigal, una familia con superpoderes que vive en un mágico lugar en medio de exuberantes montañas.
“Estoy muy orgullosa de ser parte de una película que pone en primera plana a personajes hermosos y diversos, y que personas de todas partes se vean reflejadas en la película”, dijo la productora Yvett Merino al recoger la estatuilla.
A ritmo de vallenato, con aroma de café y sabor de arepas, los Madrigal utilizan sus dones para ayudar a la comunidad en la cual viven, pero la magia comienza a desaparecer desafiando la resiliencia y unidad de la familia.
La producción también estaba nominada a la mejor canción con “Dos oruguitas”, que interpretó en la gala el colombiano Sebastián Yatra, compuesta por Lin-Manuel Miranda al igual que el resto de la banda sonora del filme, a cuatro manos con Germaine Franco.
La poderosa balada marca el clímax emocional y conduce la escena de mayor simbolismo de la película: el momento en el que la abuela Alma se aferra a la luz encantada para seguir adelante luego de que su marido es asesinado por personas que invaden sus tierras y los obligan a huir.
El drama de los desplazados por el conflicto interno de Colombia quedó así también plasmado en la animación, que estaba nominada junto a “Flee”, “Luca”, “La familia Mitchell vs. las máquinas”, y “Raya y el último dragón”.
– “Oveja negra”-
Aunque guiada por la quinceañera Mirabel (con la voz de Stephanie Beatriz), la película dirigida por Jared Bush, Byron Howard y Charise Castro Smith concede un espacio de protagonismo a cada uno de los doce miembros del clan Madrigal, incluido Bruno, la oveja negra de la familia, interpretado por John Leguizamo.
“Sabíamos que sería alguien que llamaría la atención”, dijo Bush en entrevista con Variety.
Su éxito es tal que “We don’t talk about Bruno”, que mezcla ritmos cubanos con hip hop y desvela el misterio sobre el ausente hijo Madrigal, es una de las canciones más populares de la banda sonora, que lideró por semanas las listas globales de reproducción.
“Cada familia tiene un marginado, o alguien que se siente como un marginado. Creo que esa es una de las razones por las cuales este personaje ha despuntado. Mucha gente se siente como una oveja negra”, dijo Castro Smith, también a Variety.
– Diversidad y representatividad –
Pero “Encanto” trae mucho más para quien quiere verse representado en la gran pantalla.
Con una mundialmente conocida lista de hermosas damiselas en peligro que esperan por un príncipe que las rescate, Disney comenzó a alterar el patrón al incorporar en sus películas protagonistas empoderadas, y que, al igual que sus espectadores, no son únicamente rubias, blancas y de ojos azules.
El poder de la representación quedó demostrado cuando se viralizó el video de una niña brasileña que, con cabello crespo y lentes redondos, vio en la televisión a Mirabel Madrigal y exclamó: “¡Soy yo, mami!”.
“En TikTok estaba impresionado con cuánta gente se vio a sí misma en la película y quería participar”, dijo Bush a Variety.
“Encanto” responde también a una realidad latinoamericana al hacer de los Madrigal un matriarcado, y a un cambio de época con Isabela, la hermosa hija que no quiere un príncipe.
Con millones de espectadores hispanohablantes, la película, que cuida de incluir ropas tradicionales, toca fibras emocionales al preservar palabras en español concediendo que hay cosas como “la casita” que son intraducibles.