Luis Gómez
Este miércoles, más de 250 hinchas de Peñarol fueron detenidos en Rio de Janeiro debido a disturbios previos a la semifinal de la Copa Libertadores entre el club uruguayo y Botafogo. Las autoridades informaron que los aficionados cometieron actos de vandalismo, saqueos y destrucción de bienes.
La policía brasileña emitió un comunicado en el que detalló que los detenidos fueron trasladados a la Ciudad Policial. Según las autoridades, los incidentes incluyeron la destrucción de vehículos y establecimientos comerciales, lo que motivó la intervención de las fuerzas de seguridad.
Los bomberos también tuvieron que acudir para sofocar incendios provocados en varios vehículos. Durante los disturbios, la policía confiscó una pistola, lo que añadió más gravedad a la situación en la zona afectada.
Ante la escalada de violencia, la policía desplegó una brigada especial de choque que utilizó bombas de estruendo para dispersar a los manifestantes. Las imágenes televisivas mostraron a hinchas lanzando objetos y usando sillas plásticas para protegerse durante los enfrentamientos.
Uno de los hechos más graves fue el incendio de un autobús, lo que intensificó la respuesta policial. Además, las fuerzas del orden detuvieron a los aficionados de Peñarol obligándolos a tumbarse en el suelo antes de ser arrestados.
En medio del caos, el futbolista uruguayo Guillermo Varela, que milita en el Flamengo, fue involucrado momentáneamente en la situación. A través de redes sociales, Varela explicó que fue al lugar para ayudar a dos amigos y negó haber participado en los disturbios.
La versión oficial del Flamengo respaldó la declaración de Varela, confirmando que luego de la confusión el jugador se reincorporó a un almuerzo con sus compañeros y el cuerpo técnico. Este incidente puso al jugador en una situación incómoda a pocas horas del partido.
Aficionados de Peñarol, por su parte, se defendieron alegando que actuaron en respuesta a provocaciones de hinchas brasileños. Según Edgardo Lasalvia, un representante de jugadores uruguayo, la violencia fue iniciada por aficionados de Flamengo y Botafogo que portaban armas y atacaban a los seguidores aurinegros.
La semifinal entre Botafogo y Peñarol se está disputando en el Estadio Olímpico Nilton Santos, con un retraso de 15 minutos debido a los disturbios. Ambos clubes hicieron un llamado a la calma y al respeto mutuo entre las hinchadas para evitar más incidentes de violencia.