Padre de Meghan pone en duda acusaciones de racismo contra la monarquía británica

AFP

El padre de Meghan puso en duda este martes las acusaciones de racismo vertidas por su hija y el príncipe Enrique contra la monarquía británica, asegurando que está “decepcionado” por la impactante entrevista que dio la pareja en la televisión estadounidense. 

Meghan se distanció de su padre, Thomas Markle, antes de su boda con el nieto de Isabel II en 2018, a la que este, afincado en México donde dio una muy controvertida sesión de fotos a los paparazzi, no pudo asistir por problemas de salud. 

La exactriz estadounidense y su esposo, sexto en la línea sucesoria al trono británico, se mudaron a California en marzo de 2020 tras abandonar sus funciones en el seno de la monarquía.

En una explosiva entrevista con la estrella de la televisión Oprah Winfrey denunciaron el domingo la presión de los medios sensacionalistas británicos y su racismo, así como la incomprensión de la familia real sobre su situación.  

También afirmaron que un miembro de la familia real -que no fue la reina Isabel ni su esposo Felipe- se había mostrado “preocupado” por el color de piel de tendría su hijo, ya que la madre de Meghan es negra.

Markle, con el que la duquesa de Sussex no tiene contacto desde hace años, afirmó este martes en la televisión británica esperar que se hubiese tratado de “sólo una pregunta tonta”.

“No creo que la familia real británica sea racista en absoluto”, dijo al canal ITV este exdirector de iluminación para la televisión estadounidense, de 76 años, afincado en Rosarito.  

Thomas Markle admitió que no conoce a ningún miembro de la familia real británica, ni siquiera a su yerno Enrique y su nieto Archie, de casi dos años. 

Meghan aseguró a Oprah que había hecho todo lo posible para proteger a sus padres de la presión mediática y que se sintió “traicionada” cuando descubrió que Thomas estaba alimentando a la prensa sensacionalista. 

“Estoy muy decepcionado. Me he disculpado por ello, al menos 100 veces”, dijo Markle a ITV.   

“Siento haberlo hecho”, añadió. “Pero nadie se había tomado la molestia de proteger a los miembros de nuestra familia” cuando “éramos atacados por la prensa todos los días”. 

A pesar del distanciamiento, aseguró que “ama” a su hija, a la que le gustaría volver a ver.  

En febrero, Meghan ganó un juicio contra la empresa editora del diario sensacionalista Mail on Sunday, al que demandó por invasión de la privacidad tras publicar extractos de una carta dirigida a su padre en agosto de 2018, en la que le pedía que no saliera más en los medios.