Los precios del petróleo registraron un nuevo aumento este miércoles, impulsados por las crecientes tensiones geopolíticas entre Ucrania y Rusia, así como por señales de una mayor demanda en Estados Unidos. Los ataques ucranianos contra infraestructuras energéticas rusas han reavivado la preocupación por la estabilidad del suministro global de crudo.
El barril de Brent del mar del Norte para entrega en diciembre subió un 1,22 %, alcanzando los 66,25 dólares. Por su parte, el barril de West Texas Intermediate (WTI) para entrega en noviembre se incrementó un 1,33 %, hasta los 62,55 dólares. Ambos movimientos reflejan la sensibilidad del mercado ante posibles interrupciones en la producción y exportación de uno de los principales actores del sector energético mundial.
Expertos del sector, como John Kilduff de Again Capital, han advertido sobre el impacto que los recientes ataques de Ucrania pueden tener en la producción rusa. “Existe una creciente preocupación por la producción rusa, teniendo en cuenta todos los ataques llevados a cabo contra sus infraestructuras”, declaró Kilduff. Analistas de DNB Carnegie también señalaron que Rusia se ha visto obligada a desviar crudo hacia terminales de exportación, en detrimento del abastecimiento interno a sus refinerías, lo que representa un desafío logístico y económico.
Rusia, como uno de los mayores productores de petróleo del mundo, desempeña un papel clave en el equilibrio del mercado energético global. Cualquier afectación en su capacidad de exportación puede alterar significativamente la oferta y, en consecuencia, los precios internacionales del crudo. La situación actual pone de manifiesto la vulnerabilidad del sistema energético frente a los conflictos armados y las tensiones políticas.
Por otro lado, el mercado también reaccionó positivamente al último reporte de la Agencia de Información Energética de Estados Unidos (EIA), que mostró un incremento en las importaciones y una demanda interna en alza. Según la EIA, los productos suministrados al mercado estadounidense alcanzaron los 21,99 millones de barriles diarios, el nivel más alto desde diciembre de 2022. Esta combinación de factores refuerza la presión alcista sobre los precios del petróleo en los mercados internacionales.