Un terremoto de magnitud 6,9 sacudió el centro de Filipinas la noche del martes, dejando al menos 26 personas muertas, 147 heridas y severos daños en infraestructuras, según informó este miércoles el Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres. El epicentro se localizó frente a la costa norte de la isla de Cebú, cerca de la ciudad de Bogo, de 90.000 habitantes.
Las autoridades detallaron que entre las víctimas hay nueve adultos y cuatro niños en Bogo, varios de ellos atrapados por deslizamientos de tierra. En el municipio de San Remigio se reportaron cinco fallecidos, incluyendo tres miembros de la guardia costera que perdieron la vida tras el colapso de un centro deportivo, mientras participaban en un torneo local de baloncesto. También se confirmó la muerte de un niño en esa misma localidad.
El sismo, catalogado como poco profundo por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), provocó el colapso de al menos 22 edificios, entre ellos una escuela y un centro comercial en Bantayan, además de un restaurante en Bogo. La gobernadora de la provincia de Cebú, Pamela Baricuatro, instó a la población a mantener la calma, trasladarse a espacios abiertos y estar atentos ante posibles réplicas, que ya suman 379 según el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología.
Las labores de rescate se complicaron durante la noche debido a los constantes temblores y la falta de electricidad en varias zonas. El gobierno provincial hizo un llamado urgente a médicos voluntarios para reforzar la atención a los heridos, mientras los rescatistas advierten que aún podrían haber personas atrapadas bajo los escombros.
Testimonios recogidos por medios internacionales relatan escenas de pánico. “Oí un fuerte estruendo procedente de la iglesia y luego vi cómo caían piedras. Por suerte, nadie resultó herido”, declaró Martham Pacilan, un residente de Bantayan. Filipinas, ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países más vulnerables del mundo a terremotos y erupciones volcánicas.