William Santos
El Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador dictó una condena de 20 años de prisión a Daniel Antonio Hernández Mejía por el delito de agrupaciones ilícitas, en perjuicio de la paz pública. La decisión se toma en el marco de las medidas adoptadas para combatir la violencia y el crimen organizado en el país.
Hernández fue detenido el 4 de abril de 2022, cuando se encontraba comprando en una tienda ubicada en la residencial Altavista, en el municipio de San Salvador Este. Agentes de la Policía Nacional Civil lo arrestaron en el contexto del Régimen de Excepción, el cual ha sido implementado en diversas ocasiones para enfrentar la ola de criminalidad. Durante su declaración, el imputado aseguró que no se opuso a la detención, pero también indicó que había estado alejado de las pandillas durante los últimos cuatro años.
El acusado explicó que, aunque había personas reunidas en el lugar de su arresto, él no era parte de ninguna agrupación ilícita. Hernández también afirmó que les había dirigido unas palabras a los sujetos presentes, pero subrayó que no era pandillero. No obstante, el hecho que pesó en su condena fue la presencia de tatuajes en su espalda, específicamente los números “1” y “8”, símbolos que, según las autoridades, están asociados con ciertos grupos criminales.
A pesar de los intentos del imputado por desvincularse de las pandillas, el Tribunal determinó que las pruebas presentadas durante el juicio, incluyendo los tatuajes y la presencia en el lugar de la detención, fueron suficientes para dictar una sentencia en su contra. El Tribunal consideró que, aunque Hernández no fuera miembro activo de una pandilla en el momento de su detención, su vinculación con estos grupos ilícitos a través de los tatuajes y otros elementos del caso no podía ser ignorada.
