Por: Saraí Escobar
El abogado y teólogo Jaime Ortega reflexionó sobre el papel de la fe y la familia como ejes fundamentales para afrontar los retos sociales que enfrenta El Salvador al cierre de 2025 y de cara a 2026. Señaló que, en medio de dificultades económicas, laborales y sociales, muchas personas encuentran en la fe un punto de apoyo para resistir, encontrar sentido y proyectarse hacia el futuro, especialmente en un contexto marcado por la expectativa de un nuevo año.
Ortega afirmó que la historia del país demuestra la capacidad de los salvadoreños para sobreponerse a crisis profundas, como el conflicto armado, los desastres naturales y la violencia generada por las pandillas. En ese sentido, sostuvo que la fe ha sido un motor que ha impulsado a la población a salir adelante incluso en los escenarios más adversos, y que sigue siendo un elemento relevante para fortalecer la convivencia y la esperanza colectiva.
#Diálogo21 | El abogado y teólogo Jaime Ramírez Ortega señaló que los salvadoreños han demostrado históricamente su capacidad de salir adelante, incluso tras crisis graves como la guerra, los terremotos y décadas de violencia de pandillas, manteniéndose firmes con fe y esperanza. pic.twitter.com/wsRG7LzjOO
— Diálogo – GMV (@dialogo21) December 23, 2025
El jurista también subrayó la importancia de la coherencia entre los valores que se profesan y las acciones cotidianas, al advertir sobre conductas que generan conflictividad social, como la intolerancia en la vía pública y el incumplimiento de la ley. Indicó que estos comportamientos reflejan una brecha entre el discurso y la práctica de los valores, lo que representa un desafío para la construcción de una sociedad más ordenada y respetuosa.
#Diálogo21 | El abogado y teólogo Jaime Ramírez Ortega reflexionó que, aunque cerca del 90 % de los salvadoreños se identifica como cristiano, la constante presencia de hechos de violencia lleva a cuestionar si realmente se están viviendo los valores de Cristo o si, por el… pic.twitter.com/s4EiOfCSis
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Asimismo, enfatizó que la transmisión de valores debe comenzar en el hogar, destacando la responsabilidad directa de los padres en la formación de sus hijos. Según Ortega, ni la escuela ni otras instituciones pueden sustituir ese rol, especialmente en un contexto marcado por el uso intensivo de la tecnología y las redes sociales. Concluyó que el fortalecimiento de la familia y la educación basada en el ejemplo son claves para consolidar una sociedad más solidaria y estable.