En El Salvador, 9 de cada 10 estudiantes universitarios se ven obligados a trabajar, según Picardo

En Pulso Ciudadano se abordó la polémica propuesta de ley de educación superior en El Salvador. Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), fue el encargado de explicar sobre los múltiples desafíos y contrastes del sistema educativo del país.

“Existen desequilibrios y muchos contrastes en el sistema educativo. Hay kinders bilingües que cuestan $500 mensuales, mientras que las cuotas en algunas universidades son de $25 o $50”, mencionó Picardo, destacando la disparidad económica que caracteriza a la educación salvadoreña. Esta diferencia de costos no solo refleja las brechas socioeconómicas, sino que también subraya la asequibilidad relativa de la educación superior privada en comparación con el resto de Centroamérica. “La educación superior privada en El Salvador es, por lejos, la más barata de toda Centroamérica”, añadió Picardo.

“La educación está estrechamente relacionada con las condiciones socioeconómicas de la gente. Si aumentamos el pago por hora clase a $12 en pregrado, las cuotas tendrían que subir de $80 a $150, lo cual tendría un impacto catastrófico en algunas familias”, explicó.

Una de las disposiciones más debatidas de la nueva ley es la obligación de destinar un porcentaje del presupuesto de las instituciones a la investigación. “La nueva ley establece que el 3% del presupuesto general de las instituciones debe destinarse a la investigación en institutos especializados y el 5% en las universidades”, mencionó Picardo. Esta medida busca fomentar la producción de conocimiento, aunque plantea un desafío para las instituciones que ya operan con presupuestos ajustados.

La situación laboral de los estudiantes es otro aspecto crucial. “En El Salvador, el 90% de los estudiantes se ven obligados a trabajar”, señaló Picardo, poniendo de relieve la necesidad de un sistema que sea más comprensivo y flexible con las realidades económicas de los jóvenes.

La acreditación de los maestros, otro punto de la propuesta, también fue discutida. Según Picardo, esta medida busca asegurar la calidad educativa pero enfrenta resistencia debido a la falta de recursos y capacitación adecuada. Además, subrayó la importancia de revalorizar las carreras técnicas, que a pesar de tener alta demanda laboral, no reciben el reconocimiento merecido. “Las carreras técnicas están infravaloradas y son las que tienen más demanda laboral”, afirmó.

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