Diecisiete presos muertos en nuevo choque entre bandas en cárcel de Ecuador

Al menos 17 reclusos murieron este jueves tras un violento enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes en la cárcel de Esmeraldas, al norte de Ecuador. Los cuerpos presentaban signos de extrema violencia, incluyendo desmembramientos y heridas con arma blanca, en un hecho que recuerda los enfrentamientos más sangrientos de los últimos años en el país. La cifra fue confirmada por el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI).

La ola de violencia en las prisiones ecuatorianas se ha intensificado en los últimos días, elevando a 30 el número de muertos en incidentes similares durante los últimos tres días. Además, un guardia penitenciario falleció en medio de estos disturbios, lo que refleja la magnitud de la crisis en un país que hasta hace una década era considerado seguro en términos carcelarios. Testimonios de familiares relatan la desesperación ante la incertidumbre de sus seres queridos, con largas esperas y recomendaciones de militares de acudir a la morgue para verificar el estado de los presos.

El centro penitenciario de Esmeraldas, con capacidad para 1.100 internos, albergaba más de 1.400 reclusos en 2022, según el SNAI. Esta situación ha convertido a las cárceles en centros de operación de organizaciones criminales que se enfrentan por el control territorial y el tráfico de drogas. Los enfrentamientos recientes se suman a otros ocurridos el lunes en Machala, que dejaron 13 reclusos y un guardia muertos, y decenas de heridos.

Ecuador se ha convertido en un corredor clave para el narcotráfico, con gran parte de la cocaína producida en Colombia y Perú transitando por sus puertos hacia Estados Unidos y Europa. La violencia carcelaria y los conflictos entre bandas reflejan la presencia de redes delictivas con nexos internacionales, y el país enfrenta desde 2024 un control militar en las prisiones para contener la expansión de estas organizaciones criminales.

La situación en Esmeraldas revive la memoria de masacres previas, como la ocurrida en Guayaquil en 2021, donde más de 100 presos fueron asesinados en un solo día, y episodios violentos en 2023 que involucraron ataques armados en puertos locales. La escalada de homicidios en Ecuador supera el 600% en los últimos seis años, convirtiéndose en un desafío crítico para las autoridades ante el auge de bandas delictivas y el narcotráfico.