El ministro de Trabajo, Rolando Castro, publicó el caso de Laura, una madre de cuatro hijos, creció en los manglares del país aprendiendo a extraer curiles desde los 10 años, una actividad que heredó de su madre.
Según publicó el funcionario, “hoy, aunque sigue viviendo en extrema pobreza, sueña con un futuro diferente para sus hijos. Entre lágrimas, Laura describe los sueños de sus pequeños, aspiraciones que no quiere ver frustradas por el mismo ciclo de pobreza que marcó su vida”.
Esta realidad es compartida por cientos de familias que sobreviven en las costas, enfrentando las duras condiciones de los manglares. Durante generaciones, la pobreza extrema ha condenado a muchos niños a abandonar sus sueños para trabajar, perpetuando un ciclo que parece inquebrantable.
El ministro de Trabajo, Rolando Castro, destacó esta problemática, señalando que permitir que los niños trabajen es aceptar un mundo fallido. “Cuando un niño o niña trabaja, estamos fallando como sociedad”, afirmó.
Laura inició en la extracción de curil cuando era una niña de 10 años.
— Rolando Castro (@RolandoCastroSv) January 15, 2025
Hoy es madre de 4 niñoscada una de sus hijas tiene un sueño y cuando describe esos sueños, salen lágrimas de sus ojos.
La madre de Laura le enseñó a curiliar y esa fue la herencia, pero hoy ella no… pic.twitter.com/InfQgy0JNG
Según un informe del Sistema de Información del Mercado Laboral el trabajo infantil representa más del 80.0 % de la población de niños, niñas y adolescentes (NNA) que trabaja. En 2023, la cantidad de NNA en situación de trabajo infantil ascendía a 70,171 menores, por lo que la tasa de incidencia del trabajo infantil a nivel nacional fue de 5.4 % en 2023.
La erradicación del trabajo infantil en comunidades costeras es una tarea urgente que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Garantizar que los niños tengan acceso a educación, salud y un entorno seguro es clave para romper esta cadena de pobreza intergeneracional y construir un país más justo.
Un llamado a la acción resuena desde los manglares: proteger los sueños de los niños y niñas salvadoreños para asegurar un futuro donde puedan ser, simplemente, niños.