Redacción
Las lluvias han tenido repercusiones en diversos cultivos, y el café no ha escapado a ello, especialmente en la zona occidental.
En la región occidental del país, conocida por albergar la cordillera más extensa y ser responsable del 58% de la producción nacional de café, los caficultores enfrentan serios desafíos debido a las recientes lluvias.
Según Yohalmo Díaz, caficultor local, la situación ha sido especialmente crítica para el acceso a las fincas, ya que los caminos vecinales se encuentran prácticamente intransitables.
“El primer impacto que hemos tenido y que es muy severo es que los caminos vecinales para llegar a las fincas están prácticamente inaccesibles”, señala Díaz, subrayando las dificultades operativas que enfrentan los productores en la zona.
El café, además de ser un cultivo central en la economía local, también representa una forma de vida para los residentes. Atilio Zepeda, otro caficultor afectado, expresa: “El café es nuestra vida, nos hemos desarrollado con él y siempre ha sido un rubro primordial en la economía, generando mucha mano de obra.”
Zepeda explica además que el cultivo de café tiene necesidades específicas de agua, destacando la importancia de un equilibrio adecuado. “Estadísticamente se sabe que una planta de café necesita 5 milímetros diarios de agua. Entonces, un buen invierno es de 1,200 milímetros de agua, pero ahí entra mucho la capacidad de retención de nuestros suelos”, comenta el caficultor.
En cuanto a las condiciones actuales, Zepeda lamenta: “En estos momentos, prácticamente podríamos decir que estamos a 0. Tenemos que empezar de nuevo”, subrayando la severidad del impacto de las lluvias en la producción de café en la región occidental.
Ante esta situación, los caficultores están evaluando los daños y buscando estrategias para recuperar sus cultivos, destacando la necesidad de apoyo y atención para revitalizar este importante sector agrícola en la economía local.