AFP
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá este lunes en México con su par mexicano Andrés Manuel López Obrador para dialogar sobre la incesante migración ilegal y el tráfico de fentanilo, dos crisis sin solución a corto plazo.
López Obrador adelantó que planteará a Biden la necesidad de aumentar la inversión en los países de donde salen las personas indocumentadas.
“No hay en el presidente Biden una negativa. Al contrario, coincidimos” en ese aspecto, dijo el mandatario en su conferencia diaria, al señalar que comentó el tema con su homólogo estadounidense tras recibirlo en el aeropuerto la noche del domingo.
Luego de su arribo, Biden remarcó en Twitter que los “problemas en la frontera no surgieron de la noche a la mañana” y por tanto “no se resolverán de la noche a la mañana”.
Agregó que su gobierno está utilizando las herramientas disponibles para “limitar la migración ilegal” y “ampliar la legalidad”, pero enfatizó que para componer este sistema ”roto” el Congreso estadounidense “debe actuar”.
Biden y AMLO (como se conoce al presidente anfitrión por sus iniciales) se encontrarán el lunes a las 17H00 locales (23H00 GMT) por la tarde en el palacio presidencial en Ciudad de México, un día antes de celebrar la Cumbre de América del Norte junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
En el centro estará la migración de personas indocumentadas hacia Estados Unidos, un problema continental y papa ardiente para Biden, reflejada en 2,3 millones de arrestos y expulsiones de migrantes en el año fiscal 2022, cinco veces más que en 2020.
“Que (Biden) se ponga la mano en el corazón (…), hay muchos niños que los separan de sus familiares”, clamó el domingo en Ciudad Juárez el venezolano José David Meléndez, de 25 años, expulsado justo cuando el presidente visitaba la vecina El Paso, Texas.
Biden hizo una parada en esa ciudad antes de volar a México para su primera visita oficial, en un intento por aplacar las críticas por no haber visitado la convulsa frontera de 3.100 km en dos años de gobierno.
Las restricciones migratorias provocan que miles permanezcan varados en México, especialmente por el Título 42, medida anticovid que autoriza la expulsión exprés de indocumentados.
Biden llegó a México con un programa de migración limitada para Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela -sumidos en profundas crisis- que admitirá mensualmente a 30,000 personas durante dos años.
Organizaciones como el Comité Internacional de Rescate advierten que medidas parciales “solo empujarán a quienes busquen asilo a situaciones peligrosas”, como los secuestros por parte de traficantes de personas.
– “Presión” –
La cuestión migratoria se ha convertido en una “vulnerabilidad política” para Biden junto con la inundación de fentanilo por parte de los violentos cárteles mexicanos, señaló a la AFP Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano.
“Se espera que el presidente (estadounidense) presione para una mayor cooperación” en ambos frentes y que AMLO exija algo a cambio, posiblemente “menos presión” sobre cuestiones comerciales, añadió Shifter.
Washington y Canadá mantienen una controversia con México en el marco del tratado comercial T-MEC por una reforma energética que amplió la participación del Estado en el sector.
El fentanilo, droga sintética 50 veces más potente que la heroína, fabricada con precursores traficados desde China, marcará las discusiones sobre seguridad.
Casi dos tercios de las 108.000 muertes por sobredosis registradas en Estados Unidos en 2021 involucraron opioides sintéticos. Y solo en 2022 se incautó más fentanilo del que se necesitaría para matar a toda la población de Estados Unidos, según la agencia antidrogas de ese país (DEA).
Por ello, Biden busca “ampliar el intercambio de información” con México sobre precursores y “fortalecer la prevención”, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols.
La comitiva del mandatario incluye además a los secretarios de Estado, Antony Blinken; de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; y de Justicia, Merrick Garland.
En 2021, ambos países anunciaron un giro en su política antidrogas tras 15 años de una estrategia predominantemente militar. Desde su lanzamiento en 2006, México acumula unos 340.000 asesinatos y miles de desaparecidos, sin que los cárteles se hayan debilitado.
AMLO impulsa una política de “abrazos, no balazos” que plantea aumentar la inversión social en zonas donde operan los cárteles para atacar las causas del narcotráfico.
Pero mantiene operaciones como la que llevó a la captura, el pasado jueves en Culiacán, de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos. Ese operativo dejó 29 muertos.
Según la oficina de Garland, durante la visita también se abordará el tráfico de armas, en momentos en que México promueve dos demandas contra fabricantes estadounidenses.
– Alianza ambiental –
Con la presencia del enviado especial para el clima, John Kerry, el calentamiento global también estará en la agenda.
En la COP27, los dos gobiernos anunciaron un proyecto de energías renovables conjunto de 48,000 millones de dólares de inversiones, en el cual México se comprometió a ampliar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero de aquí a 2030.
Como parte de esa estrategia, México impulsa el Plan Sonora, que incluye la explotación del litio -mineral clave para las nuevas tecnologías y autos eléctricos-, la producción de estos vehículos mediante la relocalización de armadoras- y la construcción de seis plantas de energía solar.
También proyecta vincular el plan con el clúster de semiconductores que se construye en el estado de Arizona (fronterizo con Sonora), dentro de la estrategia de Washington para disminuir su dependencia de Asia en la fabricación de esos componentes.