El afgano Rahmanullah Lakanwal, señalado como responsable del ataque armado contra dos guardias nacionales en Washington, enfrentará cargos por asesinato tras la muerte de una de las víctimas. La fiscal federal de Washington D. C., Jeanine Pirro, confirmó que la acusación será elevada de asalto a asesinato en primer grado, al considerar que el hecho fue un ataque premeditado y ejecutado en forma de emboscada.
Lakanwal, de 29 años, formó parte de las “unidades cero”, un grupo antiterrorista afín a la CIA durante la guerra en Afganistán, según medios estadounidenses. De acuerdo con las autoridades, abrió fuego la víspera del Día de Acción de Gracias con un revólver calibre .357 contra un equipo de guardias que patrullaba cerca de la Casa Blanca, dejando gravemente heridos a Sarah Beckstrom, de 20 años, y Andrew Wolfe, de 24. Beckstrom falleció posteriormente a causa de las lesiones.
La fiscal general Pam Bondi adelantó que buscará la pena de muerte para el acusado, al que calificó como un “monstruo”. Por su parte, el presidente Donald Trump afirmó que Wolfe continúa en estado crítico y señaló que su gobierno brindará apoyo total a la familia del joven guardia. Ambos habían sido desplegados como parte de las operaciones federales para reforzar la seguridad interna.
El ataque reavivó intensos debates en Estados Unidos sobre inmigración, seguridad nacional y el uso de fuerzas militares dentro del territorio. Tras el incidente, Trump anunció que impulsará una suspensión permanente de la migración desde “países del tercer mundo” y que revisará millones de residencias otorgadas en administraciones anteriores. El Departamento de Seguridad Nacional indicó que esta revisión abarcará a ciudadanos de 19 países que ya enfrentan restricciones migratorias previas.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) confirmó una evaluación exhaustiva de todas las Green Cards emitidas a ciudadanos de los países señalados, incluidos los más de 116,000 residentes permanentes nacidos en Afganistán. Mientras tanto, la administración Trump ordenó suspender por completo el procesamiento de solicitudes migratorias procedentes de ese país. Organizaciones como AfghanEvac, no obstante, aseguran que los afganos reubicados tras la retirada militar han pasado por algunos de los procesos de verificación más rigurosos del sistema migratorio estadounidense.