De acuerdo con Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, en las relaciones de pareja las sospechas alimentan los celos y otras conductas dañinas que llevan a que la persona afectada comience a buscar indicios o pruebas para confirmar lo que piensa.
Cuando esta búsqueda se convierte en una obsesión, no hay forma de sacarse la idea de la cabeza, lo que lleva a revisar compulsivamente las pertenencias del otro, especialmente la actividad en redes sociales.
El peligro es que, según el especialista, en estas condiciones, la interpretación errónea de los mensajes es frecuente, provocando una mezcla de satisfacción y dolor por la decepción amorosa. Por lo general, la persona celosa construye su propia historia a partir de unos pocos datos y se rompe la confianza.
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