Analistas coinciden en la falta de una oposición real y en los retos políticos y sociales del país

Tres analistas políticos coincidieron en que en El Salvador no existe una oposición sólida, sino grupos dispersos sin liderazgo ni estrategia común.

El analista Aldo Álvarez señaló que “en este país no hay una oposición real, lo que existen son grupos opositores dispersos, restos menores en la Asamblea Legislativa y figuras con afanes de protagonismo individual”. A su juicio, los partidos tradicionales ya fueron “desterrados de la mente y el corazón de la población” y deben replantearse su papel en el escenario político.

Por su parte, la analista Tahnya Pastor consideró que la oposición enfrenta su mayor crisis interna, pues “están tan atomizados que el pleito por ver quién es el partido pequeño de oposición más grande dificulta la consolidación de la unidad”. Añadió que los partidos deben revisar a quiénes enviarán a la Asamblea Legislativa, ya que algunas figuras podrían obstaculizar su renovación. Además, planteó la necesidad de implementar el voto obligatorio y abrir la participación a personas no militantes.

Mientras tanto, el analista Manuel Zometa fue más contundente al afirmar que “oposición sí hay, lo que pasa es que es enana, enferma y moribunda”. En su opinión, el sistema partidario no falló, sino los funcionarios que lo integraron, y propuso eliminar la exclusividad de los partidos políticos como vehículos de representación para dar paso a liderazgos más directos.

Los tres coincidieron en que la población prioriza soluciones a sus necesidades sobre las disputas políticas. Álvarez subrayó que “la lógica fundamental de todo proceso de gobernanza radica en garantizar la satisfacción de las necesidades de la gente”, mientras que Zometa recordó que departamentos como Ahuachapán siguen siendo los más pobres del país, con ingresos promedio de apenas 36 dólares al mes. Pastor añadió que la pobreza aumentó durante la pandemia, cuando muchos salvadoreños perdieron sus fuentes de ingreso.