Hamilton Barcenas
Según un análisis realizado por Acción Ciudadana sobre los resultados de las elecciones legislativas de 2024, el partido Nuevas Ideas se alzó con una contundente victoria, consolidándose como la fuerza política dominante en El Salvador.
Con una nueva asignación de 60 diputados y utilizando la fórmula electoral D’Hondt, junto con el voto exterior, se asignaron los escaños de la siguiente manera:
– Nuevas Ideas: Obtuvieron 2,200,331.79 votos, representando el 71% del total de votos emitidos. Este resultado les otorgó 54 diputados, lo que equivale al 90% de todos los legisladores del congreso.
– Vamos: Lograron 91,675.45 votos, equivalente al 3% de los votos emitidos, obteniendo 1 diputación que representa el 2% del total.
– ARENA: Con 227,357.30 votos (7% del total), consiguieron 2 diputados, representando el 3% de todas las diputaciones.
– FMLN: A pesar de obtener 195,919.98 votos (6% del total), no lograron ningún escaño en la asamblea legislativa.
– GANA: Con 99,343.89 votos (3% del total), no obtuvieron ninguna diputación.
– Nuestro Tiempo: Alcanzaron 41,060.48 votos a nivel nacional (1% del total), pero no lograron ningún diputado.
– PDC: Con 93,107.56 votos (3% del total), consiguieron un escaño del congreso, representando el 2% de las diputaciones.
– Fuerza Solidaria: A pesar de obtener 51,021.13 votos (2% del total), no lograron diputados.
– PCN: Lograron dos diputados con 101,641.43 votos (3% del total), representando el 3% de las diputaciones.
– Cambio Democrático: Con 12,165.49 votos (0% del total), no obtuvieron ningún escaño.
Estos resultados reflejan una clara supremacía de Nuevas Ideas en el panorama político salvadoreño, con una amplia mayoría en el congreso. Sin embargo, también evidencian la fragmentación del voto entre otros partidos, algunos de los cuales no lograron representación legislativa a pesar de obtener un porcentaje significativo de votos.
Con esta configuración del congreso, se espera que Nuevas Ideas tenga una influencia considerable en la toma de decisiones legislativas en los próximos años, lo que plantea importantes desafíos y oportunidades para la democracia y la gobernabilidad en El Salvador.