El supertifón Ragasa provocó la muerte de al menos 14 personas en Taiwán tras la ruptura de un dique lacustre que inundó un poblado en el condado de Hualien, según informaron las autoridades locales. El fenómeno natural, que avanza por el mar de China Meridional con vientos de hasta 195 kilómetros por hora, también dejó 18 heridos y mantiene a 30 personas desaparecidas.
Ragasa, que impactó previamente el norte de Filipinas con saldo de dos fallecidos y severos daños materiales, llegó este miércoles al sur de China y puso en alerta máxima a Hong Kong. El Observatorio local emitió la señal de huracán número 10 durante la madrugada, el nivel más alto de advertencia, que se mantendrá vigente por varias horas. La ciudad semiautónoma suspendió el transporte, cerró comercios y canceló actividades escolares.
En Hong Kong, olas de hasta cinco metros golpearon el litoral, generando temor entre los residentes. Las autoridades habilitaron 46 refugios temporales y pidieron especial precaución en zonas bajas propensas a inundaciones. “Estoy bastante nervioso ante la posibilidad de quedarme sin electricidad ni agua”, declaró Terence Choi, habitante del barrio residencial de Heng Fa Chuen, mientras otro grupo de ciudadanos reforzaba viviendas y comercios con barricadas y sacos de arena.
La magnitud del ciclón también obligó a medidas drásticas en China continental. En Shenzhen, al norte de Hong Kong, se ordenó la evacuación de 400.000 personas, además de la suspensión de clases, transporte público y actividades laborales en más de diez ciudades del sur del país. La aerolínea Cathay Pacific anunció la cancelación de unos 500 vuelos, mientras la autoridad ferroviaria en Cantón interrumpió todos los servicios de tren.
Los habitantes de Hong Kong, unos 7,5 millones, se apresuraron a abastecerse en supermercados ante la incertidumbre. Expertos advierten que fenómenos como Ragasa se están intensificando debido al cambio climático, que incrementa el riesgo de lluvias torrenciales y vientos más destructivos en la región.