Más de un centenar de refugiados sudaneses murieron o están desaparecidos tras dos naufragios ocurridos el fin de semana frente a las costas de Tobruk, en el este de Libia, informaron este miércoles agencias de Naciones Unidas. Las tragedias se suman a la larga lista de víctimas que deja la peligrosa ruta migratoria del Mediterráneo central.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) confirmó que el sábado 13 de septiembre un barco con 74 personas a bordo, en su mayoría refugiados sudaneses, volcó frente a Tobruk. Solo 13 personas sobrevivieron, mientras que decenas siguen desaparecidas. La agencia expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y reiteró su preocupación por los riesgos que enfrentan quienes intentan estas travesías.
Un día después, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reportó otro accidente, esta vez provocado por un incendio en una lancha neumática que transportaba a 75 refugiados sudaneses. Al menos 50 personas perdieron la vida, mientras que 24 sobrevivientes recibieron atención médica y algunos fueron trasladados a centros especializados. El paradero de uno de los pasajeros aún se desconoce.
La OIM reiteró el llamado a tomar medidas urgentes para frenar estas tragedias en el mar, subrayando que la embarcación siniestrada el domingo había partido de Tobruk con destino a Grecia. Entre el 1 de enero y el 13 de septiembre, 456 migrantes fallecieron y 420 desaparecieron en esta ruta, según cifras oficiales.
Libia se ha consolidado como uno de los principales puntos de tránsito para miles de personas que huyen de conflictos y pobreza en África subsahariana. Tan solo en lo que va de 2025, más de 17,400 migrantes han sido interceptados y devueltos a este país, incluidos más de 2,000 mujeres y niños, de acuerdo con datos de la OIM.