AFP
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y El Salvador “han llegado a un acuerdo” para un crédito de unos 1.400 millones de dólares para “reforzar la sostenibilidad fiscal” del país y mitigar “los riesgos relacionados con el bitcóin”.
El programa de 40 meses, alcanzado en el marco del Servicio Ampliado del FMI (SAF), todavía está sujeto a la aprobación del directorio del Fondo, anuncia la organización financiera en un comunicado.
En 2021, por iniciativa del presidente Nayib Bukele, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en poner a circular legalmente el bitcóin a la par del dólar estadounidense, una medida a la que se opuso el Fondo.
“En línea con las políticas del FMI, los riesgos potenciales del proyecto bitcóin disminuirán significativamente”, informa la organización en un comunicado.
El uso de esta criptomoneda será voluntario para el sector privado y “para el sector público, la participación en actividades económicas relacionadas con el bitcóin y las transacciones y compras de bitcóin estarán delimitadas”, detalla.
Según la organización financiera, los impuestos solo podrán pagarse en dólares y la participación del gobierno en la billetera cripto (Chivo) “se irá reduciendo gradualmente”.
Para salvaguardar la estabilidad financiera y la protección de los consumidores e inversionistas, se mejorará “la regulación y la supervisión de la industria de activos digitales”, agrega el Fondo después tres años de negociaciones.
Además el programa busca “situar la proporción de la deuda pública en relación al PIB en una firme senda descendente tras alcanzar un máximo del 85% del PIB en 2024”.
Las medidas fiscales implicarán recortes por valor del 1,5% del PIB en 2025 y ya están incluidas en el presupuesto aprobado. “Reducirán la masa salarial, el gasto en bienes y servicios y las transferencias a los municipios”, explica el FMI.
Con la financiación, el FMI espera fortalecer las reservas brutas del banco central, reforzando así su capacidad para hacer frente a las crisis.
Pero las reservas de liquidez exigidas a los bancos, que actualmente equivalen al 11,5% de los depósitos, alcanzarán gradualmente el 15% a finales de junio de 2026.