AFP
Fue una lucha digna de un superhéroe. Rajiv Chilaka pasó años lanzando a los ejecutivos de la televisiòn occidental sus ideas sobre un niño indio sobrehumano y al mismo tiempo igual a todos los otros pequeños.
Pero la lucha tuvo sus frutos, y hoy el cartoon “Mighty Little Bheem” es un éxito mundial, ya que los espectadores buscan alternativas a las trilladas historias dominadas por los blancos.
En esta producción todo permite al espectador indio, y en especial a los niños, identificarse con el protagonista, desde el sari de su madre hasta su amor por las golosinas laddoos.
A caballo de la difusión que le da Netflix, este serial tiene una enorme masa de seguidores, desde Seattle hasta Sao Paulo, lo que lo convierte en el programa más popular de la plataforma para niños en edad preescolar.
Desde su lanzamiento el año pasado, ha sido visto en más de 27 millones de hogares. En Estados Unidos fue el lanzamiento de origen extranjero más importante de Netflix en 2019 y ya está en marcha una tercera temporada.
Pero el viaje del superhéroe que usa pañales desde la ciudad de Hyderabad, en el sur de la India, hasta Hollywood no fue fácil.
“Me echaron de todas las oficinas a las que fui”, dijo a la AFP Chilaka, 46 años, quien originalmente se acercó a los canales de televisión de EEUU para tratar de vender su creación original, la serie “Chhota Bheem” (“pequeño Bheem”), un éxito en India cuyo protagonista es un pequeño aldeano de nueve años dotado de una fuerza sobrehumana.
Los empresarios creyeron que a los niños occidentales no les gustaría la decoración “demasiado brillante y colorida”, recuerda.
“Para mí eso no tenía ningún tipo de sentido”, asegura. “Los niños aman los colores”.
– Versión bebe –
Luego, llegó Netflix, muy interesada en ingresar al codiciado y gigantesco mercado de entretenimiento indio y apostó por la historia en versión bebé.
“Realmente queríamos un personaje que hiciera eco, sobre todo, en nuestros usuarios indios”, explica a la AFP Dominique Bazay, directora de animación de la produccion en Netflix.
No era cuestión de occidentalizar el contenido, según dice ella. Bheem Bheem usa un bindi (punto en la frente) tradicional hindú y vive en una aldea donde todos se visten como indios. Criado por su madre soltera, se envuelve en una y mil travesuras y aventuras.
A la empresa no le preocupaba cómo los espectadores fuera de la India entenderían esta serie sin diálogos porque la curiosidad de los niños “no tiene límites”, según indica Bazay.
Sin embargo, pocos esperaban que las aventuras de Bheem tuvieran tanto éxito.
La neoyorquina, Lisa-Michelle Houck, explica a la AFP que sus hijos de dos y cuatro años no necesitaron ninguna explicación para seguir la historia o entender porqué a Bheem le gustan los “laddoos”: para ellos, “es solo una golosina”.
Las bromas de Bheem hacen reír a carcajadas a los pequeños. Y para los padres que quieran cambiar los programas infantiles tradicionales con sus princesas en rosa y sus personajes en blanco, la serie ofrece una fácil apertura a un mundo multicultural.
El hogar monoparental de Bheem muestra que “no hay una manera correcta de tener una familia”, dice Houck. Ella y su esposa también querían que sus hijos mestizos vieran que “no es necesario ser blanco para ser un superhéroe”.
“Cuando empecé a trabajar, era consciente de que se trataba del primer dibujo animado proveniente de India en una plataforma tan importante”, confiesa Chilaka.
“Era una gran responsabilidad, porque sabía que podría abrirle las puertas a otros”.