AFP
En el norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, la industria cinematográfica local prospera pese a la crisis económica vinculada con el coronavirus.
“Kannywood”, que debe su nombre a la gran ciudad de Kano, es la declinación regional de Nollywood, como se llama la industria cinematográfica nacional, cuyos estudios se encuentran en Lagos, capital económica del país.
Si bien los temas abordados por Kannywood (el amor, la traición y la venganza) no se distinguen demasiado de los que Nollywood explota en el sur -mayoritariamente cristiano-, la trama de sus filmes debe obedecer a los principios del islam.
En poco más de un cuarto de siglo, Kannywood se ha hecho un hueco en el panorama cultural, y sus producciones son muy exitosas entre los 80 millones de personas que hablan la lengua hausa en África Occidental.
En 1992 solo había siete productoras en Kano, pero hoy en día existen 502, que emplean a 30.000 personas, según los representantes locales de la Asociación de Profesionales del Filme (MOPPAN).
– “Northflix” –
Además, Kannywood cuenta con una plataforma de “streaming” específica llamada “Northflix”, un sutil guiño al gigante estadounidense del sector Netflix.
El sitio registró un crecimiento inesperado gracias al confinamiento y a las restricciones de movimiento impuestas desde marzo en Nigeria para tratar de atajar la propagación del coronavirus en el país.
En los últimos cinco meses, los 40.000 abonados que tenía Northflix casi se han duplicado, mientras que los ingresos de la plataforma prácticamente se multiplicaron por tres, según Jamil Abdusalam, uno de sus fundadores.
“El coronavirus fue una bendición para nuestros negocios, pese al impacto en la economía a nivel mundial”, admitió el joven empresario, asegurando que eso “no fue fruto del azar, sino el resultado de una verdadera estrategia organizada y pensada”.
Jamil Abdusalam comprendió rápidamente “que el coronavirus afectaría a todo el planeta”, por lo que decidió adaptar rápidamente el funcionamiento de su plataforma.
Hasta entonces, Northflix funcionaba a través del pago de los videos a la unidad, pero sus dueños decidieron poner en marcha un sistema de suscripción mensual.
– Salida para películas de Kannywood –
Mientras los cines y las tiendas de películas se veían obligados a cerrar, la plataforma nigeriana aportó un soplo de aire fresco a los productores, que buscaban dar salida a sus filmes.
“Esto le salvó la vida a muchos productores que nunca habrían podido rentabilizar sus películas de otro modo”, confirmó el director Abdulkarim Mohamed en Kano.
Al no poder comprar copias de los filmes en la calle ni en el mercado, los amantes de Kannywood se vieron obligados a suscribirse a Northflix por 4,75 dólares al mes y así poder disfrutar de los últimos estrenos.
El acceso rápido y fácil a los contenidos permitió, además, que esta costumbre calara entre los consumidores, pese al levantamiento progresivo del confinamiento, según Jamil Abdusalam.
Para utilizar la plataforma basta con un celular inteligente y una conexión a datos móviles.
Con todo, los fundadores tienen que enfrentar varios retos, como la poca fiabilidad de los operadores telefónicos nigerianos, los cortes frecuentes de la electricidad o el precio de los datos móviles, que sigue siendo muy alto para la mayoría de los usuarios.
“Pero con una sola barrita de red, uno puede ver una película sin que la imagen se quede congelada, y nuestro sistema permite grabar el video en el espacio de memoria de datos”, aseguró Jamilu Abdusalam.
– Eludir la censura islámica –
Además de ser un remedio para el pirateo, gracias a Northflix los directores también pueden “eludir las restricciones impuestas por el comité de censura de Kano”, según el actor y director Sani Danja.
Jefes religiosos musulmanes y responsables gubernamentales suelen criticar a Kanywood, acusándola de menospreciar la cultura hausa al promover unos valores importados de Hollywood o de Bollywood.
La producción local es examinada minuciosamente por la censura y las películas deben cumplir con los principios del islam. Se prohíbe cualquier contacto físico entre hombres y mujeres en la pantalla.
Pero, al estar implantada en la capital federal, Abuya, Northflix escapa a la jurisdicción de la agencia de censura, radicada en Kano.
Este espacio de libertad es una verdadera bendición para los directores, que en general son sancionados si no respetan las restricciones en vigor, a las que acusan de mermar su creatividad.
La industria cinematográfica nigeriana es la segunda más importante del mundo. En el primer trimestre de 2019, Nollywood contribuía en un 0,27% al PIB nacional y era responsable de la creación de más de un millón de empleos.