AFP
El anuncio de una cuarentena obligatoria de 14 días para todo aquel que viaje de Francia al Reino Unido provocó el viernes el enojo de cientos de miles de veraneantes, algunos de los cuales intentaban regresar antes de que la medida entre en vigor.
La decisión británica, justificada por el recrudecimiento de la epidemia en Francia, se aplica desde el sábado a las 04H00 (03H00 GMT), lo que dejó poco tiempo para que muchos viajeros revisen sus planes y consigan los últimos billetes disponibles de tren, ferry o avión para regresar.
Eurotunnel, gestora del túnel bajo el Canal de la Mancha, avisó al público de que los trenes estaban llenos hasta el sábado por la mañana y no servía de nada agolparse en los terminales.
Unas 160.000 personas que están de vacaciones tienen que volver al Reino Unido desde Francia, según cifras del gobierno británico. Una parte de los cerca de 300.000 franceses que viven en el Reino Unido aprovechan el verano para volver a su país.
El gobierno francés advirtió que el anuncio de Londres provocaría una “medida de reciprocidad” que afectaría a los franceses o residentes en Francia que se encuentran actualmente en territorio británico.
Paul Trower, jubilado británico, anuló sus vacaciones este viernes para volver precipitadamente en ferry.
“Regresamos a casa para evitar (la cuarentena) porque mi mujer trabaja y yo debo ocuparme de mi nieta”, dijo a la AFP este viernes en la mañana en Calais, en el norte de Francia.
Antoine también regresó rápidamente a Londres en Eurostar. “Soy camarero en un pequeño café al lado de mi universidad. No me puedo permitir pasar 14 días en mi casa”, dijo a la AFP este estudiante de 23 años, a su llegada a Londres.
La cuarentena será obligatoria también para los viajeros procedentes de Holanda, Mónaco y Malta. Desde fines de julio, la medida había sido reintroducida sin advertencia previa para los pasajeros procedentes de España, destino turístico preferido de los británicos.
Las autoridades británicas también impusieron este aislamiento la semana pasada a todos los viajeros procedentes de Bélgica, Andorra y las Bahamas.
“Hemos hecho tanto esfuerzos en este país para bajar los niveles (de transmisión de covid-19) que la última cosa que queremos es que la gente vuelva y traiga el virus”, argumentó el ministro de Transportes británico, Grant Shapps, en la BBC.
– “Mazazo” –
El Reino Unido es el país europeo más afectado por el coronavirus con más de 41.000 muertos y su primer ministro, Boris Johnson, fue duramente criticado por su gestión de la crisis sanitaria.
La obligación de cuarentena hará que algunos niños no puedan estar en el reinicio del ciclo escolar, por ejemplo aquellos que regresen en la segunda mitad de agosto.
“Es un mazazo. Imposible poder estar en la vuelta al colegio de nuestros niños con esta cuarentena”, dijo a la AFP Cécile, una francesa de 41 años instalada en Londres. De vacaciones con su familia en Córcega, tenía que volver el 28 de agosto, pero espera poder hacerlo antes.
La medida es una mala noticia también para el sector de la aviación, muy castigado ya por la situación sanitaria.
“Desgraciadamente es un nuevo duro golpe para los veraneantes británicos y no dejará de tener un impacto en la industria de la aviación, perturbada ya”, reaccionó en un comunicado IAG, propietario de British Airways, hostil a las medidas de cuarentena.
Un vocero del aeropuerto de Heathrow en Londres comparó la decisión con la “ruleta”, pidiendo encontrar soluciones más duraderas. “Los tests de detección podrían dar la oportunidad de reducir de manera segura la duración de la cuarentena en ciertos casos”, sugirió.
La decisión británica coincide con un preocupante aumento de los casos de coronavirus en Francia, donde se registraron por ejemplo 2.669 nuevos casos el jueves, una cifra que no se registraba desde mayo.
Paralelamente, el gobierno británico anunció la reapertura el sábado en Inglaterra de los casinos, pistas de patinaje, boleras, teatros y salas de espectáculo, siempre y cuando se garantice la distancia entre los asistentes.
Además, elevó las multas para quienes no respeten las normas de seguridad, concretamente el uso de la mascarilla, obligatoria en los transportes públicos y las tiendas. Quien no respete esta medida será multado con 3.200 libras (3.500 euros, 4.150 dólares).