Ópera Nacional de Grecia eleva su voz contra la adversidad en medio de antiguas ruinas

AFP

La voz de la mezzosoprano Anita Rachvelishvili se eleva en medio de las columnas antiguas y rebota en las fachadas al pie de la Acrópolis de Atenas, para el primer recital de una temporada inédita de la Ópera Nacional de Grecia en los sitios arqueológicos del país.

“Después de todos estos meses de larga pausa (debido a la pandemia), es la primera vez que canto”, explica a la AFP la artista georgiana, “muy emocionada” de actuar “en este lugar increíble” que es el Ágora en Atenas.

El primer concierto de la temporada, el sábado por la noche, enviará “un mensaje claro de apoyo al arte a todos los gobiernos que se niegan a apoyarlo”, aboga la Carmen de la Scala de Milán, ya vestida de sacerdotisa griega.

El recital de Anita Rachvelishvili, transmitido en directo en el sitio de la ópera, da el impulso inicial a una operación inédita del ministerio de Cultura, en colaboración con la Ópera Nacional de Grecia y otros 10 organismos culturales, para reanimar unos 70 sitios arqueológicos adormecidos desde la crisis sanitaria.

El objetivo es hacerlos renacer con óperas, ballets y canciones populares. 

– Crear empleo –

Una de las condiciones de la operación gubernamental “Toda Grecia, una cultura”, es el reclutamiento, para las 111 actuaciones previstas, del 80% de intermitentes del espectáculo. 

“Para crear empleo”, subraya Stella Angeletou, gerente de producción artística.

Desde lo alto de la fortaleza de Zante o la de Nauplio, el estadio antiguo de Olimpia, como en el sitio de Delphi y en el teatro antiguo de Epidauro, resonarán, hasta el 15 de septiembre, operetas griegas de Theophrastos Sakelarridis, danzas y músicas populares tradicionales y una retrospectiva para los 95 años del compositor Mikis Theodorakis.

Las obras fueron adaptadas y elegidas según el lugar.

Como era imposible poner en escena la Tosca de Puccini en el odeón de Herodes Atticus, se optó por dos galas de ópera sucesivas, combinando melodías y dúos de Verdi a Giordano, Ponchielli y Puccini.

– Protocolo sanitario muy estricto –

Otra limitación de esta temporada post-confinamiento son las distancias obligatorias tanto en el escenario como entre los espectadores.

“Una situación muy difícil y exigente, que va en contra de la naturaleza misma del espectáculo”, añade Giorgos Koumendakis, que se felicita, sin embargo, de haberlo logrado.

En el Ágora romana, las sillas se espaciaron más de un metro, fuentes accionadas con el pie proporcionan gel hidroalcohólico y se distribuirán mascarillas en la entrada el sábado por la noche.

En presencia de la presidenta de la República Katerina Sakellaropoulou, la ministra de la Cultura Lina Mendoni recordará como preámbulo que “el valor supremo de la vida es la salud”.  

En un país relativamente libre de coronavirus, con solo 194 muertos hasta la fecha, Anita Rachvelishvili cantará Saint Saens, Verdi y Bizet para agradecer a los profesionales de la salud y a las autoridades sanitarias. 

Pero también para todos los espectadores que ya se aglutinaban para el ensayo delante de las rejas del Ágora romana, en el corazón del barrio turístico de Atenas.