AFP
El escritor Juan Marsé, uno de los grandes nombres de la literatura en español de las últimas décadas, falleció el sábado a los 87 años en Barcelona, la ciudad que retrató en gran parte de su obra.
“Lamentamos profundamente la muerte de Juan Marsé. Descansa en paz, querido Juan”, dijo la agencia literaria Balcells, explicando que el autor había fallecido el sábado por la noche en Barcelona. Según la prensa local, el novelista falleció en un hospital por problemas de salud que arrastraba desde hacía tiempo.
Marsé forma parte de la llamada ‘generación de los 50’ junto a sus amigos Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán o Juan Goytisolo.
Sus libros trasladan a la Barcelona de la posguerra, describen con una pluma esmerada, realista e irónica la posguerra y las tensiones sociales entre la burguesía tradicional, las nuevas élites y la clase obrera.
“El mundo narrativo de Juan Marsé se sitúa en la Barcelona de posguerra, escenario de su infancia, a la que vuelve una y otra vez”, agregó la agencia Balcells este domingo.
“Recibo en Bruselas la triste noticia de que nos ha dejado Juan Marsé, figura clave de la literatura española. Hombre de firmes convicciones, que a través de sus obras consiguió transportarnos a la realidad social de Barcelona en la postguerra. Mi cariño para su familia y amigos”, dijo en Twitter el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
“Ha muerto Juan Marsé, y en Barcelona nos sentimos como si nos hubieran arrancado un pedazo de nuestra alma. Nuestro compromiso es seguir luchando para que la Barcelona de los barrios que tan bien retrató y amó no muera nunca”, ha escrito en la misma red social, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona.
El novelista Eduardo Mendoza dijo que “es uno de los grandes inventores de Barcelona, quizá el mayor; pone la ciudad en el mapa del mundo, una pequeña ciudad periférica que él narra como la ciudad que ya es de Juan Marsé…”.
Arturo Pérez-Reverte señaló en Twitter que “se apagó la vida de un guerrero. Ha muerto Juan Marsé, el último de nuestros clásicos, luchador honesto y solitario, ninguneado durante décadas por el nacionalismo local. Adiós a un maestro y un amigo.”
Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, expresó en Twitter su “tristeza honda”.
– Solo un narrador –
Marsé fue aprendiz de joyero, trabajó en publicidad y fue jefe de redacción de una revista. Críticos literarios y escritores lo califican como el “último novelista clásico” de España. Tímido, carismático y modesto, Marsé nunca se calificó como intelectual, solamente como “narrador”.
“Mi vida carece de interés”, le anunció a Josep María Cuenca, autor de su biografía “Mientras llega la felicidad”, cuando empezaron a reunirse.
En 2008 el escritor fue galardonado con el premio Cervantes, el Nobel de la literatura española, que se sumó a otros prestigiosos galardones como el Planeta, obtenido en 1978 por “La muchacha de las bragas de oro”, el Biblioteca Breve (1966), por “Últimas tardes con Teresa”, el Premio de la crítica de narrativa castellana (1993) por “El embrujo de Shangai” o el Juan Rulfo, en 1997, el premio latinoamericano más prestigioso.
“Juan Marsé no sabe realmente cuánto talento tiene, qué importante es la obra que ha hecho, ni cuánto le debemos sus lectores”, dijo en aquel momento el escritor y Nobel peruano, Mario Vargas Llosa.
El autor barcelonés se inició escribiendo relatos en las revistas Ínsula y El ciervo, hasta que en 1960 publicó su primera novela, “Encerrados con un solo juguete”.
Escritor catalán en lengua castellana, Marsé dijo en varias entrevistas que la patria del escritor “es el lenguaje y no la lengua” y defendió “la dualidad cultural y lingüística de Cataluña”. Algo “que tanto preocupa y que nos enriquece a todos”, dijo al recibir el premio Cervantes.
En 2005, dejó su cargo de jurado del Premio Planeta, decepcionado por el sistema de selección de las novelas presentadas y la baja calidad de casi todas ellas y disgustado por el espíritu de negocio y comercio que impregnaba este tipo de certámenes literarios.