AFP
El gobierno británico anunció este miércoles, tras realizar una consulta pública, que la vacunación completa contra el coronavirus será obligatoria para todas las personas que trabajen en residencias de ancianos en Inglaterra, incluido el personal no médico.
“Las vacunas salvan vidas y, aunque la mayoría del personal de las residencias y los residentes están ahora vacunados, debemos hacer todo lo posible para seguir reduciendo el riesgo”, afirmó el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en un comunicado.
Exigir la vacunación de los trabajadores de estos centros es, según el ministro, “un paso esencial para seguir protegiendo las residencias de ancianos ahora y en el futuro”.
Así, todo el personal sanitario, pero también los peluqueros, esteticistas, voluntarios y otros profesionales que visitan los geriátricos, tendrán que haber recibido sus dos dosis de la vacuna del covid-19 antes de octubre si quieren seguir trabajando allí.
Si el Parlamento lo aprueba, el requisito no se aplicará sin embargo a los familiares de los residentes, a los menores, a las personas que vengan a realizar trabajos de urgencia y a quienes tengan una exención médica.
El personal de las residencias de ancianos fue prioritario al inicio de la campaña de vacunación del Reino Unido, el país de Europa más afectado por la pandemia, con casi 128.000 muertes.
La mayoría de esos trabajadores están vacunados. Hasta el 6 de junio, el 84% había recibido su primera dosis y el 69% la segunda, según el servicio público de salud (NHS).
Pero estas cifras ocultan diferencias geográficas: según el gobierno británico, sólo el 65% de las residencias inglesas que atienden a personas muy mayores tienen una tasa de vacunación suficientemente alta entre su personal, cifra que se reduce a sólo el 44% en los establecimientos de Londres.
El grupo científico que asesora al ejecutivo de Boris Johnson cree que para permitir un nivel mínimo de protección contra el covid-19 en cada residencia, el 80% del personal y el 90% de los residentes deberían haber recibido al menos una dosis.
“Tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para proteger a las personas que reciben cuidados”, afirmó Hancock, prometiendo continuar las consultas con el sector para ver “si es apropiado ampliar esta disposición a otros trabajadores”, como todo el personal del servicio de salud pública.