AFP
Hong Kong renunció este martes a un controvertido proyecto cuyo objetivo era hacer obligatoria la vacunación contra covid-19 para las empleadas domésticas extranjeras que trabajan en el territorio.
No obstante, las autoridades anunciaron que las aproximadamente 370.000 asistentes de hogar que trabajan en Hong Kong, en su mayoría filipinas e indonesias, tendrán que someterse a una segunda prueba por covid-19 tras una primera que debían efectuarse el 9 de mayo.
De acuerdo al polémico proyecto, estas empleadas, llamadas “ayudantes” o “asistentes”, mal pagadas, debían acreditar haber recibido dos dosis de vacuna para solicitar un visado de trabajo o cambiar de empleador.
Este martes, la jefa proPekín del ejecutivo local, Carrie Lam, anunció que renunciaba a este proyecto.
“El gobierno decidió no hacer obligatoria la vacunación para renovar sus contratos a las trabajadoras del hogar”, indicó, añadiendo que esta decisión fue tomada tras reuniones con funcionarios filipinos e indonesios.
El secretario de Relaciones Exteriores filipino, Teodoro Locsin, manifestó que este proyecto “tiene tufo a discriminación”.
En abril, las autoridades sanitarias hongkonesas habían anunciado que estas empleadas domésticas tendrían que vacunarse y hacerse tests, después de que dos entre ellas dieran positivo por una de las variantes más virulentas de covid-19.
Señalaron que estas asistentes representaban un “riesgo significativo” puesto que a menudo trabajan con ancianos y se reúnen los domingos en los parques, durante su único día de descanso semanal.
Las asociaciones representantes de estas trabajadoras se lamentaron porque las familias para las que trabajan, así como quienes se desempeñan en las residencias para ancianos, no están obligados a inocularse contra el coronavirus.
Además, destacaron que el resto de la población extranjera, por lo general más rica, como los ejecutivos que trabajan en las finanzas, tampoco se encuentran sujetos a esta obligación cuando aparecen casos de contagio en su sector profesional.