AFP
El tenor alemán Jonas Kaufmann llevaba meses sin cantar físicamente delante de espectadores. A su paso por Madrid, habla de la “necesidad” que tienen los cantantes líricos de ver a su público y se muestra muy preocupado por la salud mental de los artistas.
“Lo que echamos de menos” desde el inicio de la crisis sanitaria “es esa conexión. Poco importa que lleven mascarillas (los espectadores). Creo que incluso sentiría su presencia si estuvieran detrás de un telón”, dijo la estrella de la ópera el jueves noche en una entrevista con AFP.
Recién concluido su recital en el Teatro Real de Madrid, dice sentirse “emocionado” de haber cantado en uno de los pocos países donde las salas de concierto han permanecido abiertas estos últimos meses, eso sí, con un estricto protocolo sanitario.
Los espectadores “están ahí, y eso es lo que cuenta de verdad, aunque haya 10 metros entre la primera fila y yo”, añade el tenor de 51 años, después de interpretar un repertorio de 27 piezas, acompañado del pianista Helmut Deutsch.
“Yo, que estoy de gira todo el año, tengo la impresión de que llevo una eternidad sin la experiencia de tener una audiencia delante”, comenta en su camerino, minutos después de bajar del escenario, y recordando que su último concierto, en Dinamarca, fue en otoño.
Y es que según él, los conciertos telemáticos no pueden rivalizar con las actuaciones con público.
“En general, hay los aplausos, y justo entonces te relajas y empiezas a sonreír, y saludas. Sin embargo, ¿qué puedes hacer cuando te enfrentas a ese silencio eterno? Es muy embarazoso, así que lo siento: ¡público, te necesitamos, y te necesitamos más que nunca!”, dijo poco antes en rueda de prensa.
“La gente necesita distraerse, y algo para olvidar al menos un par de horas todas sus penas. Quitarle eso a la gente, cuando ya le estás quitando muchas otras cosas, creo que es un error monumental”.
– Suicidios –
Kaufmann quiso alertar también de las dificultades psicológicas que la pandemia y la subsecuente precariedad laboral ha causado a muchos músicos.
“Sé de un buen número de suicidios en nuestra profesión de músicos, porque no ven ningún futuro”, afirmó el tenor alemán.
Algunos son “almas vulnerables”, que desgraciadamente “no ven otra salida” ante la falta de perspectivas.
Personalmente, Kaufmann dijo sentirse un “privilegiado” por poder seguir dando conciertos.
“Probablemente somos dos docenas de cantantes en todo el mundo los que nos encontramos en esta posición privilegiada, a los que van a llamar pase lo que pase”.
El cantante alemán lanzó un llamamiento a las autoridades, y las urgió a reabrir las instituciones culturales y a ser inventivos para mantener vivo el arte.
“No somos políticos (…) sólo somos voces, y necesitamos que otros ayuden” para que finalmente, después de la pandemia, “encontremos un paisaje cultural que se parezca a lo que dejamos cuando empezó toda esta crisis”.
“Es la primerísima vez que la música se ha visto apagada de esta forma en pleno período de crisis”.