AFP
Un estudio internacional publicado este jueves en una revista británica muestra que un medicamento utilizado habitualmente para tratar la diabetes, la semaglutida, puede ayudar a las personas obesas a perder hasta una quinta parte de su peso sin necesidad de cirugía.
El estudio, realizado en casi 2.000 adultos de 16 países, se centró en los efectos de la semaglutida, una molécula similar a la que el intestino libera en el torrente sanguíneo después de las comidas y que, por tanto, ayuda a reducir la sensación de hambre y a aumentar la saciedad.
“Tres cuartas partes de las personas que recibieron 2,4 mg de semaglutida perdieron más del 10% de su peso corporal y más de un tercio perdió más del 20%”, afirma Rachel Batterham, coautora del estudio, en un comunicado.
“Ningún otro fármaco ha sido capaz de producir este nivel de pérdida de peso, se trata de un verdadero cambio”, considera esta experta, que dirige el Centro de Investigación de la Obesidad de la Universidad Global de Londres (UCL).
“Por primera vez, las personas pueden conseguir con fármacos lo que sólo era posible con la cirugía para perder peso”, añadió, elogiando “un gran avance en la mejora de la salud de las personas obesas”.
Durante más de 15 meses, los participantes en el estudio, publicado en el New England Journal for Medicine, recibieron inyecciones subcutáneas semanales de semaglutida o un placebo.
Acompañados por nutricionistas para establecer una dieta más equilibrada y ejercicio físico, los voluntarios tratados con semaglutida perdieron una media de 15,3 kg, frente a 2,6 kg para quienes recibieron el placebo.
Preguntado por la BBC, el dietista británico Duane Mellor dijo que el fármaco “proporciona una alternativa útil”, pero advirtió que “la pérdida de peso siempre requiere un cambio en el estilo de vida, y cualquier cambio o medicación de este tipo puede conllevar riesgos y posibles efectos secundarios”.
A pesar de los efectos secundarios leves y temporales, que incluyen náuseas y diarrea, la semaglutida ha sido presentada para su aprobación ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y sus homólogas de Estados Unidos y Reino Unido para tratar la obesidad.