AFP
Un adolescente de 18 años mató el martes a 19 niños y dos maestros en una escuela primaria de Texas, en una nueva tragedia que conmociona a Estados Unidos y que provocó el reclamo de un furioso presidente Joe Biden de “enfrentar el lobby de las armas” en su país.
El ataque en Uvalde, Texas, una pequeña localidad a una hora de la frontera con México, es el último de una ola de tiroteos en Estados Unidos, donde el horror por la violencia armada no ha logrado impulsar suficientes acciones para ponerle fin.
“¿Cuándo, por el amor de Dios, nos vamos a enfrentar al lobby de las armas?”, dijo el presidente Biden, visiblemente emocionado, al dirigirse a la nación desde la Casa Blanca.
“Estoy asqueado y cansado. Tenemos que dejarle claro a todos los funcionarios electos de este país: es hora de actuar”, agregó el mandatario de 79 años, que fue informado de la tragedia en el Air Force One, al regresar de una gira diplomática por Asia.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, dijo en conferencia de prensa que el sospechoso, a quien identificó como Salvador Ramos, un residente local y ciudadano estadounidense, también estaba muerto y agregó que “se cree que los oficiales que respondieron (al incidente) lo mataron”.
“Disparó y mató, de una manera atroz y sin sentido”, dijo Abbott.
Responsables del Departamento de Seguridad Pública de Texas indicaron a CNN que el joven armado le habría disparado a su abuela antes de dirigirse a la escuela primaria Robb alrededor del mediodía, donde abandonó su vehículo y entró con una pistola, un rifle y con chaleco antibalas
– Mas de una docena de niños heridos –
El agresor mató a 19 niños y dos maestros antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad que llegaron al lugar.
“Hay 19 niños que fueron asesinados por este malvado hombre armado, así como dos maestros de esta escuela”, dijo el vocero del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Chris Olivarez, a NBC News.
Más de una docena de niños resultaron heridos en el ataque en una escuela donde estudian más de 500 alumnos, casi el 90% de ellos hispanos procedentes de familias de recursos económicos modestos.
El Memorial Hospital de Uvalde afirmó en Facebook que recibió 13 niños, mientras que el hospital University Health de San Antonio indicó en Twitter que una mujer de 66 años y una niña de 10 años ingresaron en condición crítica, así como dos niñas más de 9 y 10 años.
Al menos un agente de la Patrulla Fronteriza estadounidense que respondió al incidente fue herido en un tiroteo con el agresor, informó en Twitter la vocera del Departamento de Seguridad Nacional, Marsha Espinosa.
Imágenes del lugar mostraban a pequeños grupos de niños zigzagueando entre autos y autobuses estacionados, algunos tomados de la mano, mientras salían bajo escolta policial de la escuela, que tiene alumnos de entre siete y 10 años.
El tiroteo fue el más mortífero desde el de Sandy Hook en Connecticut en 2012, en el que murieron 20 niños y seis adultos.
La Casa Blanca ordenó banderas a media asta por las víctimas, cuyas muertes provocaron una ola de conmoción.
El papa Francisco dijo este miércoles que tenía “el corazón roto” y afirmó que es hora de decir ‘basta’ al tráfico incontrolado de armas”.
El gobierno de México condenó “enérgicamente” este acto de violencia y ofreció “apoyo consular a las personas mexicanas que así lo requieran”, y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski aseguró que es “terrible que haya víctimas de tiradores en tiempos de paz”.
– “En ningún otro lugar” –
El senador Ted Cruz, un republicano de Texas, tuiteó que él y su esposa estaban orando por los niños y las familias “en el horrible tiroteo en Uvalde”.
Pero el senador Chris Murphy, un demócrata de Connecticut, donde fue el tiroteo en Sandy Hook, hizo un apasionado llamado a sus colegas a tomar medidas concretas para evitar más violencia.
“Esto no es inevitable, estos niños no tuvieron mala suerte. Esto solo sucede en este país y en ningún otro lugar. En ningún otro lugar los niños pequeños van a la escuela pensando que podrían recibir un disparo ese día”, dijo Murphy, rogando “encontrar una manera de aprobar leyes que hagan que esto sea menos probable”.
Este mes hubo otros tiroteos masivos en Estados Unidos.
El 14 de mayo, un joven de 18 años, autoproclamado supremacista blanco, asesinó a tiros a 10 personas en una tienda en Buffalo, Nueva York, en una zona de gran población afroestadounidense.
Al día siguiente, un hombre que dijo estar “molesto por las tensiones políticas entre China y Taiwán” disparó contra la congregación taiwanesa-estadounidense en una iglesia en Laguna Woods, California, matando a una persona e hiriendo a cinco.
Pero a pesar de que se repiten los tiroteos masivos, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones sobre armas han fracasado en el Congreso de Estados Unidos, dejando que los estados y los consejos locales promulguen sus propias restricciones.
La Asociación Nacional del Rifle (NRA) ha sido fundamental en la lucha contra la aprobación de leyes más estrictas sobre armas. Abbott y Cruz figuran como oradores en un foro organizado por ese poderoso grupo de presión en Houston, Texas, a finales de esta semana.
Estados Unidos registró 19.350 homicidios con armas de fuego en 2020, casi un 35% más que en 2019, según datos oficiales.