El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició su segundo día de mandato con una serie de medidas ejecutivas diseñadas para desmantelar el legado de Joe Biden y frenar la inmigración ilegal.
En su agenda, destacan decretos que refuerzan su política antimigratoria y su enfoque hacia la economía, mientras avanza en su promesa de cumplir con las promesas realizadas durante su campaña electoral.
Trump, quien a sus 78 años se ha convertido en el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos, arrancó su mandato con firmeza. Tras una ceremonia inaugural llena de pompa, el republicano asistió a un servicio religioso en la Catedral Nacional de Washington, buscando un momento de reflexión antes de intensificar sus acciones políticas.
El presidente no tardó en firmar varios decretos, entre ellos la declaración de un estado de emergencia nacional en la frontera con México, con el fin de desplegar las fuerzas armadas para lo que considera una “invasión” de inmigrantes. Trump también reiteró su promesa de deportar a millones de inmigrantes ilegales y de imponer aranceles del 25% a México y Canadá a partir del 1 de febrero, como medida para fortalecer la economía nacional.
Asimismo, el presidente designó a los carteles de drogas como organizaciones terroristas extranjeras y volvió a insistir en su política de “recuperar” territorios, mencionando la posibilidad de recuperar el Canal de Panamá y cambiar el nombre del Golfo de México por el de “Golfo de América”. Además, expresó su esperanza de que Dinamarca ceda Groenlandia.
En su primer discurso como presidente, Trump prometió que la “edad de oro” de Estados Unidos había comenzado, destacando la presencia de multimillonarios como Mark Zuckerberg, Elon Musk y Bernard Arnault en su investidura. Sin embargo, la omisión de figuras políticas republicanas de alto perfil en el evento refleja el énfasis que Trump ha puesto en los intereses empresariales.
Este enfoque radical se vio reflejado en su discurso de investidura, en el que atacó a la “élite corrupta y radical”, subrayando su intención de erradicar a aquellos que considera responsables del estado actual de la nación.
El presidente también dio un giro en la política ambiental de su país, eliminando las medidas de lucha contra el cambio climático y decretando un estado de emergencia energética para impulsar la producción de hidrocarburos, incluso cuando Estados Unidos ya es el mayor productor mundial de estos recursos.
Por la noche, Trump indultó a más de 1,500 de sus seguidores que participaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, un acto que él mismo había defendido en su momento. Esta decisión, junto con sus recientes medidas, marca un inicio enérgico y polémico para su segundo mandato. Sin embargo, queda por ver cómo su estrecha mayoría en el Congreso y los desafíos judiciales afectarán la implementación de sus propuestas.
*Con reportes de AFP.
