AFP
Desde el terremoto que devastó Siria y Turquía, algunos países árabes han retomado contacto con el presidente sirio Bashar al Asad, que intenta aprovechar esta catástrofe para salir de su aislamiento diplomático, estiman analistas.
“La terrible tragedia que golpeó Siria y Turquía es una oportunidad para Bashar al Asad” para ”avanzar en el proceso de normalización de su régimen con el resto del mundo árabe”, dijo a AFP el analista Nick Heras, de New Lines Institute.
Pero, “esta crisis humanitaria no exonerará a su régimen a los ojos de los países occidentales”, añadió.
Unas horas después del sismo del lunes, el presidente sirio recibió una llamada de su homólogo egipcio, que le presentó sus condolencias. Este fue el primer contacto entre los dos hombres desde la llegada al poder en 2014 de Abdel Fatah al Sisi.
La Liga Árabe excluyó a Siria a finales de 2011, tras el inicio del levantamiento popular contra el régimen sirio que terminó en una guerra civil.
Emiratos Árabes Unidos, primer país del Golfo que restableció relaciones con el régimen sirio, ya prometió una ayuda de al menos 50 millones de dólares y envió ayuda humanitaria.
El rey de Bahréin también habló con Asad el lunes. Se trató del primer contacto oficial en más de una década entre ambos dirigentes.
Líbano envió el miércoles una delegación a Damasco, la capital siria, la primera visita oficial de alto nivel desde el inicio del conflicto.
– “Aprovechar la oportunidad” –
La ayuda humanitaria podría abrir la vía a “un canal para un compromiso diplomático duradero”, estimó Heras.
Aron Lund, del grupo de reflexión Century International, se mostró más prudente.
“Se trata de mensajes de rutina que estos dirigentes mandarían a cualquier otro jefe de Estado tras una catástrofe natural”, consideró.
Pero, según él, el presidente sirio “va a intentar aprovechar esta oportunidad”.
Arabia Saudita, que rompió relaciones con Damasco en 2012 y apoyó a la oposición a inicios del conflicto, prometió ayuda, incluso para las zonas controladas por el gobierno.
Catar, que fue acusado de financiar la oposición armada a Asad y que aún no normaliza sus relaciones, también prometió ayuda.
El terremoto podría también acelerar el acercamiento en curso desde hace unos meses entre Siria y Turquía, cuyo gobierno apoya a los rebeldes en el noroeste del país, según Lund.
“Ambos países tienen ahora un problema común, que va más allá de las fronteras y los desacuerdos políticos”, dijo.
– Ayuda occidental –
Los esfuerzos del régimen sirio para romper su aislamiento no se limitan al mundo árabe.
Para Damasco la guerra civil es el resultado de un complot fomentado por los occidentales, que buscan derrocar al régimen sirio, y la crisis económica es la consecuencia de las sanciones internacionales impuestas desde 2011.
Pero el embajador sirio en la ONU dijo el lunes que su país estaba dispuesto a “trabajar con quienes quieren ayudar a Siria”.
La cancillería siria agregó que el gobierno estaba dispuesto a “facilitar” la llegada de ayuda de organizaciones internacionales.
Siria solicitó asimismo la ayuda de la Unión Europea. Y Estados Unidos dijo que está trabajando con oenegés locales en Siria para ayudar a las víctimas.
“Los fondos irán al pueblo sirio, no al régimen”, aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken.