Alex Jiménez
El Monumento a la Reconciliación, erigido durante el gobierno de Salvador Sánchez Cerén como símbolo relacionado con la firma de los Acuerdos de Paz, fue desmontado por el Ministerio de Obras Públicas con el propósito de remodelar el espacio público situado en el bulevar Monseñor Romero, en la intersección con la avenida Jerusalén.
Este suceso ha generado diversas reacciones, entre ellas la del candidato presidencial de Nuevas Ideas, Nayib Bukele, quien expresó: “Cuando se inauguró el monumento a los asesinos del pueblo, nuestro país vivía en perfecta democracia, no había dictadura, había independencia de poderes e institucionalidad democrática; la izquierda y la derecha trabajaban de la mano”. Además, Bukele señaló a la comunidad internacional por respaldar el antiguo modo de gobernar: “Cuando quisimos cambiarla nos condenaron, sancionaron y demandaron que regresaremos todo, a su estado anterior. Gracias a Dios no lo hicimos, y ahora El Salvador es otra nación”, concluyó.
Mientras tanto, la diputada del FMLN, Anabel Belloso, reaccionó ante la demolición del Monumento a la Reconciliación, construido en 2017, indicando que al gobierno “no le interesa preservar la memoria histórica, ya que ello evidencia los abusos de las dictaduras militares”.
Carlos Araujo, por su parte, expresó que “el gobierno busca eliminar cualquier vestigio relacionado con el proceso de paz y reconciliación del país”, aunque resaltó la importancia de los Acuerdos de Paz en el desarrollo democrático de El Salvador.