Productores de carne porcina en alerta ante posible amenaza de peste porcina africana

Romel Hernández

En el ámbito de la porcicultura en granjas familiares, los productores de carne porcina enfrentan múltiples desafíos, siendo uno de los más acuciantes la salud de los cerdos en vista de enfermedades como la temida Peste Porcina Africana.

Aunque esta enfermedad no tiene presencia en El Salvador, la importancia de adoptar medidas preventivas radica en su capacidad de afectar de manera directa la economía nacional.

En las palabras de Abelardo, un agricultor dedicado a la crianza de cerdos en el cantón San Juan Buenavista, Huizúcar, La Libertad, con 39 animales en distintas etapas de desarrollo, la cría porcina es una fuente crucial de ingresos para su hogar.

Las ventas de cerdos a otros agricultores y comerciantes le permiten mantener equilibradas las finanzas familiares.

Abelardo subraya que uno de los retos más significativos de este tipo de producción es asegurar la alimentación adecuada y prevenir enfermedades.

La porcicultura implica riesgos, ya que los cerdos en corral pueden contraer enfermedades graves como la Fiebre Aftosa, la Peste Porcina Africana, la Fiebre Porcina Clásica y la Enfermedad Vesicular del Cerdo.

Entre ellas, la Peste Porcina Africana es la más amenazante, ya que su mera presencia en un cerdo puede desencadenar el sacrificio de cientos de animales cercanos, generando efectos económicos a nivel familiar, local y nacional, y afectando la seguridad alimentaria.

A pesar de que El Salvador no ha registrado casos de Peste Porcina Africana, expertos nacionales e internacionales resaltan la necesidad de alertas tempranas y controles sanitarios para prevenir la entrada de productos biopeligrosos provenientes de áreas con presencia de esta enfermedad.

Expertos en el control y prevención de estas enfermedades, que pueden poner en peligro la seguridad alimentaria y la economía de un país, subrayan la importancia de reforzar las medidas en las fronteras. Además, destacan el papel crucial de la responsabilidad de los viajeros entre países para evitar la entrada de productos no permitidos en fronteras terrestres y puntos de control aéreo.