Policía alemana investiga posibles envenenamientos a rusos exiliados

AFP

Las autoridades alemanas abrieron una investigación por sospechas de envenenamiento, después de que una periodista y una activista rusas en exilio mencionasen tener problemas de salud tras una reunión de disidentes en Berlín, indicó la policía a la AFP el domingo.

“Las investigaciones están en curso”, declaró un portavoz de la policía de Berlín, confirmando las informaciones del diario Die Welt publicadas el sábado por la noche, pero sin dar más detalles sobre el procedimiento.

El medio de comunicación de investigación ruso Agentstvo señaló esta semana los problemas de salud de dos participantes en una reunión de disidentes rusos, el 29 y 30 de abril, organizada por el hombre de negocios y detractor del Kremlin Mijaíl Jodorkovski.

Una participante, identificada como una periodista que abandonó recientemente Rusia, tuvo síntomas no especificados durante el evento, y declaró que podrían haber empezado antes.

El medio añadió que la periodista fue al hospital Charité de Berlín, donde fue tratado el opositor ruso Alexei Navalny, víctima de un envenenamiento en agosto de 2020.

La segunda participante mencionada es Natalia Arno, directora de la ONG Free Russia Foundation en Estados Unidos, donde vive desde hace 10 años tras abandonar Rusia.

Arno estuvo en Berlín a finales de abril, antes de ir a Praga, donde experimentó los síntomas y descubrió que habían abierto su habitación de hotel, según Agentstvo.

Al día siguiente se marchó a Estados Unidos, donde contactó con un hospital y con las autoridades.

Esta semana, Arno publicó en Facebook un mensaje donde explicaba que sintió “dolores punzantes” y “entumecimiento”, afirmando que los primeros “síntomas extraños” aparecieron antes de llegar a Praga. Añadió que todavía tiene síntomas, pero se encuentra mejor.

Estos últimos años se perpetraron varios ataques con veneno, en el extranjero y en Rusia, contra opositores del Kremlin. Moscú niega que sus servicios secretos sean los responsables.

En el caso de Navalny, los laboratorios europeos confirmaron el uso del Novichok, un agente nervioso desarrollado en la Unión Soviética.