¿Para cuándo una vacuna antigripal con ARN mensajero?

AFP

La gripe, con su fiebre, tos y escalofríos, llega al hemisferio norte y, con ella, la campaña de vacunación. Si hasta ahora las vacunas contra este virus, que muta mucho, utilizan una tecnología que no es totalmente eficaz, el uso del ARN mensajero podría cambiar el panorama.

Cada vez más laboratorios se lanzan en el desarrollo de vacunas contra el virus influenza utilizando esta nueva tecnología. 

El francés Sanofi, líder mundial en los inmunizantes antigripales, ya empezó sus pruebas para una vacuna con ARN monovalente –contra una única cepa del virus– y el año que viene efectuará ensayos con una vacuna cuadrivalente.

El gigante estadounidense Pfizer efectuó en septiembre las primeras inyecciones en seres humanos con una inmunizante antigripal con ARN mensajero, un mecanismo que ya utiliza en su fármaco contra el covid-19. El laboratorio Moderna, también estadounidense, lanzó sus pruebas a principios de julio. 

¿Qué beneficios supone esta tecnología, tan utilizada contra el covid-19 pero a la que nunca se ha recurrido para otros virus? 

Las vacunas contra la gripe existen desde hace mucho tiempo, pero su eficacia es relativa: usan virus inactivados, que tienen que ser preparados con mucha antelación, y cuyos niveles de eficacia varían entre 40% y 60%, en algunos casos 70%.

“Seis meses antes de la epidemia, evaluamos las cepas que más circulan. A veces nos equivocamos, y esto crea una sobremortalidad importante”, explica Claude-Agnès Reynaud, inmunóloga y directora de investigación en el Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica (Inserm).

– Mercado atractivo –

Además, “el problema cuando se inactiva un virus para preparar una vacuna es que esto puede dañar algunas proteínas de superficie”, las mismas que proporcionan la respuesta inmunitaria, precisa la científica.

En cambio el ARN mensajero no necesita producir antígenos (la sustancia ajena al organismo que activa la reacción inmunitaria) en millones de huevos, porque es la célula humana la que creará las proteínas del virus.

“Si la Organización Mundial de la Salud (que indica las cepas que deben usarse) advierte de un cambio de las cepas prevalentes, podremos cambiarlo más rápidamente con el ARN que con la tecnología existente”, recalca Jean-Jacques Le Fur, analista de Bryan, Garnier & Co. Y con una eficacia que puede llegar al 95%.

Con estas ventajas, muchos investigadores avanzan por esta vía. Norbert Pardi, especialista en vacunas de la Universidad de Pensilvania, intenta, con el ARN mensajero, incluir varios antígenos en una única vacuna, que ha probado en ratones.

“Estas vacunas multivalentes provocarán probablemente una respuesta inmunitaria globalmente superior” a los inmunizantes actuales contra la gripe, dijo recientemente a la AFP.

Sin embargo, esta tecnología también presenta inconvenientes, como unas condiciones de conservación a temperaturas muy bajas.

“Se tendrá que llegar a las vacunas termoestables, que se pueden conservar en el frigorífico de 2 a 8 grados, en jeringa. Quedan muchas cosas por hacer para conseguir convertir el ARN mensajero contra la gripe”, afirmó hace poco Thomas Triomphe, vicepresidente de la rama de vacunas de Sanofi.

Sin olvidar “la cuestión de aceptabilidad: ¿cuando estas vacunas lleguen, la población se sentirá tranquila ante esta tecnología o seguirán las reticencias?”, se pregunta Jean-Jacques Le Fur.

Esto no impide, no obstante, que las investigaciones avancen. “Sanofi entendió que no puede ignorar esta tecnología. Para ellos, las vacunas contra la gripe representan 2.500 millones de euros (2.900 millones de dólares) de ventas cada año”, añade.

“Es un mercado muy atractivo para los grandes laboratorios. Excepto Moderna que es nuevo en el sector, los otros, como Sanofi, AstraZeneca o GSK, están muy bien implantados en la gripe”, dice Jamila El Bougrini, especialista en biotecnología en Invest Securities.

“Representó 5.000 millones de dólares (4.300 millones de euros) de ventas en 2020. En 2021 se esperan 6.500 millones, o 7.000 millones”, precisa, con un posible crecimiento anual de 7% a 8% en el periodo 2020-2026.