Óscar Flores
En el primer día de su visita a Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el papa Francisco se encontró con 13 víctimas de abusos sexuales cometidos en la Iglesia portuguesa. El Vaticano anunció el encuentro a través de un breve comunicado.
Seis meses después de la publicación de un informe que causó impacto en el país, el pontífice había expresado ante el clero portugués que el “grito de dolor de las víctimas” debía ser escuchado.
El informe al que se hace referencia reveló detalles alarmantes sobre casos de abusos sexuales cometidos dentro de la Iglesia portuguesa, incluyendo denuncias que involucraban a miembros del clero y afectaban a personas vulnerables, incluyendo menores de edad.
Esta publicación generó una profunda conmoción en la sociedad portuguesa y aumentó la demanda de rendición de cuentas y justicia.
El encuentro con las víctimas es un paso significativo en la lucha contra los abusos sexuales dentro de la Iglesia y refleja la voluntad del papa Francisco de abordar esta problemática de manera directa y sensible durante su visita a Portugal.
La reunión representa un gesto de solidaridad y compasión hacia aquellos que han sufrido debido a estos actos atroces, y subraya la importancia de escuchar sus testimonios y ofrecer un apoyo adecuado y una respuesta adecuada a sus necesidades.