Hamilton Barcenas
Las fuerzas de seguridad de El Salvador no cesan su operatividad en los territorios.
Solo en las últimas horas se han reportado varias capturas de pandilleros y sujetos vinculados con las estructuras terroristas.
En Acajutla, Sonsonate, la Fuerza Naval detuvo a Miguel Antonio Pineda Ramos, un presunto homeboy de la MS-13 que, según las autoridades, tenía la función de gatillero y que se encargaba de adiestrar a otros pandilleros.
Mientras tanto, los reos en fase de confianza siguen ejecutando tareas de limpieza y borrado de grafitis, como parte del Plan Control Territorial que busca eliminar cualquier rastro de las pandillas que, a través de los distintivos, infundían temor en los ciudadanos.
“En un muro de la colonia Helen, Ilobasco, borramos un distintivo alusivo a la MS13. No más terroristas ni grafitis de pandillas en nuestras comunidades”, dijo en sus redes sociales, el Director General de Centros Penales, Osiris Luna.
Pero la Guerra Contra Pandillas no solo se ejecuta en las grandes ciudades. Los patrullajes preventivos también son desarrollados en las zonas rurales, donde pueden esconderse de la ley los criminales que huyen de Régimen de Excepción.
Cada vez, el número de policías y soldados se sigue fortaleciendo. Este viernes el ministro de la defensa juramentó a 1,410 nuevos militares que, al finalizar su adiestramiento, se sumarán a las tareas de seguridad en momentos que se ejecuta una ofensiva contra los remanentes de las estructuras criminales.