Oeste de Canadá pide ayuda federal para combatir incendios forestales

AFP

Canadá batalla este lunes por controlar los incendios forestales que obligaron a huir a miles de personas, paralizaron la producción de petróleo y amenazan con arrasar ciudades, en tanto la provincia occidental de Alberta pidió ayuda federal.

Unas 30,000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en los últimos tres días, mientras casi 100 incendios se propagaban por la provincia, 29 de ellos fuera de control.

Funcionarios federales de catástrofes y el ejército estaban a la espera, después de que la primera ministra de Alberta, Danielle Smith, conversara por teléfono con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para pedir formalmente ayuda.

“Los canadienses están con el pueblo de Alberta mientras se enfrentan a estos terribles, terribles incendios forestales”, dijo Trudeau a periodistas en Ottawa.

“Estuvimos viendo imágenes de las comunidades afectadas por estos incendios forestales y le aseguré a Danielle que estaremos allí para ayudar”, agregó.

De momento, no se dieron a conocer los detalles de las ayudas que se pondrán a disposición.

En Alberta, los bomberos le dieron prioridad a sofocar las llamas que amenazan viviendas y negocios. Muchas carreteras cercanas a la capital de la provincia, Edmonton, estaban bloqueadas mientras albergues temporales acogían a los evacuados.

Las empresas petroleras -incluidas Vermilion Energy y Crescent Point Energy- anunciaron el cierre temporal de sus operaciones, al reducir la producción en más de 125,000 barriles de petróleo diarios.

Muchos residentes y trabajadores petroleros se pusieron a salvo en casas rodantes o con caravanas a remolque, y se instalaron en estacionamientos vacíos.

Algunos se quedan en casa de amigos o familiares, como Jerry Greiner, residente en Dayton Valley, al oeste de Edmonton, capital de Alberta.

“El viernes pudimos ver el humo y soplaba un viento muy fuerte”, dijo a la AFP este hombre de 55 años, con ojos llorosos al recordar la orden de evacuación que recibió esa noche.

“Agarramos rápidamente nuestras maletas y (fuimos) a casa de unos amigos. Unas 12 personas nos quedamos allí”. Era la primera vez que tenía que huir de un incendio forestal.

Dayton Valley, una pequeña ciudad de 7,000 habitantes, estaba completamente abandonada. Los árboles y los campos de hierba de los alrededores estaban ennegrecidos por el fuego, y salía humo de algunos edificios carbonizados, pero la mayoría de las casas parecían intactas, observó un reportero de la AFP.

– “Aterrador, surrealista” –

No está claro cuándo se permitirá regresar a los residentes.

Randy Braun, un residente de 57 años, contó que el jefe de bomberos dijo a los lugareños que pasaría “al menos una semana como mínimo”.

Otra residente, Kathy Bereuwski, de 61 años, escapó con su familia y sus perros. “El cielo”, dijo a la AFP, “estaba negro como el carbón” por el humo y la ceniza que caía.

“Es muy aterrador y tan surrealista”, confesó por su parte la evacuada Dorothy Denis. “Cada vez que hay una alerta, tienes miedo de mirar (tu teléfono) ya que podrían decir que es tu ciudad la que está en llamas”.

En la comunidad norteña de Fox Lake, un incendio destruyó 20 viviendas, una tienda y una comisaría de policía. Los residentes tuvieron que ser evacuados en barco y helicóptero.

La primera ministra de Alberta declaró el sábado el estado de emergencia y calificó la situación de los incendios forestales de “sin precedentes”.

Esta provincia canadiense, una de las mayores regiones productoras de petróleo, “ha estado experimentando una primavera seca y calurosa y, con tanta leña, bastan unas pocas chispas para prender unos incendios forestales realmente aterradores”, dijo.

Casi toda Alberta y gran parte de la vecina provincia de Saskatchewan, así como una amplia franja de los Territorios del Noroeste, se enfrentan a riesgos extremos de incendio, según un mapa de peligro de incendios del gobierno federal.

Dos incendios forestales fuera de control en el extremo occidental de la Columbia Británica también han obligado a evacuar a los residentes, y las autoridades han advertido que esperan que los fuertes vientos agraven esas llamas.

En los últimos años, el oeste de Canadá se ha visto azotado repetidamente por fenómenos meteorológicos extremos, cuya intensidad y frecuencia han aumentado debido al calentamiento global.

Además de las inundaciones catastróficas, la Columbia Británica también se vio afectada hace dos años por los efectos de una ola de calor “histórica”, que mató a cientos de personas y fue seguida de grandes incendios.

Este lunes, las autoridades esperaban que la lluvia y las temperaturas más bajas aliviaran un poco la situación en Alberta, sobre todo en el sur.