Dhana tiene apenas cinco años y en su corta vida la escasez de medicinas para combatir su leucemia linfoblástica aguda ha sido una constante.
Primero en la clínica gubernamental en su natal Chiapas (sur) y ahora en el Hospital Infantil Federico Gómez de Ciudad de México, donde sus quimioterapias se han vuelto intermitentes desde hace meses. La medicinas faltaron en septiembre y octubre de 2018, luego en febrero y agosto de 2019.
Según el gobierno mexicano, la falta de medicamentos obedece en parte a la cruzada contra la corrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador para evitar el desvío de recursos en el sector de la salud.
A ello se sumó la falta de insumos en el extranjero para producir los medicamentos y la decisión de las autoridades sanitarias de cerrar siete plantas de la distribuidora más importante de metotrexato, una de las medicinas utilizadas en el tratamiento del cáncer.
Aunque el gobierno prometió resolver el problema del desabastecimiento, eso aún no sucede.
“El nuevo gobierno se comprometió a que la interrupción de los tratamientos no volvería a ocurrir. Eso no pasó”, explica a la AFP el padre de Dhana, Israel Rivas. En enero comenzó otra crisis y “no hubo ni una sola quimioterapia”, agrega.
Desde entonces, padres que luchan contrarreloj para preservar la salud de sus hijos comenzaron a contactar a Rivas para exponer la escasez en hospitales públicos de todo el país.
A diario recibe mensajes de Tijuana (norte), Oaxaca (sur), Puebla (centro), Mérida (este), Guadalajara (oeste), Minatitlán (sur), Acapulco (sur), entre otras ciudades.