Nayib Bukele llama a los países a seguir sus “propias recetas” en materia de seguridad

Óscar Flores

El presidente de la República, Nayib Bukele, pronunció un discurso en la 78.ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Durante su intervención, destacó varios puntos clave.

En sus palabras, el presidente Bukele afirmó que, a cuatro años de su gobierno, El Salvador ha dado los primeros pasos significativos hacia su sueño de grandeza como país.

Bukele hizo hincapié en que ningún país tiene el derecho de imponer sus ideas o formas de hacer las cosas, especialmente cuando esas estrategias no funcionan ni siquiera en sus propias naciones.

El presidente subrayó la importancia de la valentía como un ingrediente esencial en cualquier receta para el éxito, instando a la determinación y la valentía para enfrentar los desafíos, incluso cuando otros critiquen.

Bukele afirmó que “hoy competimos con Canadá por ser el país más seguro del continente. Reducimos todos los delitos al mínimo”, “las decisiones que tomamos fueron acertadas”, añadió.

El jefe de Estado también compartió la filosofía que guió sus acciones desde el inicio de su mandato. Primero, destacó la importancia de estar del lado de Dios y del pueblo como un principio fundamental para la transformación. Luego, resaltó la creación de un enfoque propio diseñado específicamente para abordar la realidad salvadoreña, desarrollado por quienes experimentaron esa realidad de primera mano.

El presidente Bukele mencionó el fortalecimiento de relaciones positivas con países aliados que desean apoyar a El Salvador en su desarrollo.

Además, señaló que los salvadoreños que residen en Estados Unidos ahora tienen la intención de regresar a su país, lo que representa un cambio en la tendencia de emigración masiva.

Nayib Bukele reconoció que aún queda mucho por hacer, pero expresó su confianza en que están en el camino correcto para revertir el éxodo masivo de salvadoreños, producto de políticas pasadas y el conflicto armado.

Finalmente, el presidente concluyó que El Salvador está marcando un camino que otros países pueden considerar si desean emprender un proceso similar de renacimiento y desarrollo.