En su primer discurso de la actual administración, el presidente Nayib Bukele hizo alusión a su mandato anterior, refiriéndose a “la medicina amarga”. Comparó a la sociedad salvadoreña con una persona enferma, afectada desde su nacimiento por problemas como la salud y el empleo.
Sin embargo, destacó que hace 30 años surgió una de las enfermedades más mortales: las pandillas.
Bukele afirmó que, con la ayuda de Dios, el esfuerzo de los salvadoreños y el trabajo del Gobierno, se lograron resultados “mejores de lo que se hubieran imaginado”, convirtiendo a El Salvador en uno de los países más seguros de la región y, desde el 1° de mayo de 2024, en el más seguro del hemisferio occidental.
“Vinieron expertos internacionales a decirnos que así no se solucionaba el tema de pandillas. Decían que lo podíamos arreglar en 50 años, pero ustedes no los escucharon y defendieron las decisiones que tomábamos”, declaró Bukele.
El presidente resaltó que “el plan control territorial y el régimen de excepción funcionaron porque tenían el apoyo pleno de la población salvadoreña”. Añadió que la sociedad salvadoreña sigue enferma y que, ahora que se ha resuelto el problema de la seguridad, el enfoque se centrará en la economía.
Bukele mencionó que para sanar la economía probablemente se deba consumir “medicina amarga”. “El país ya se curó de las pandillas, ahora quiere curarse de la economía”, afirmó. Además, subrayó la importancia de que “lo público sea mejor que lo privado” y pidió a la población no hacer caso a voces que intentan desacreditar los logros del gobierno.
“La paz fue más sangrienta que la guerra. Y lo hicimos con nuestra policía, nuestros soldados, nuestra gente y con la ayuda de Dios”, reiteró Bukele, confirmando que El Salvador es el país más seguro del hemisferio occidental. “El Salvador ya cambió para siempre, nuestro gobierno ya dio frutos en abundancia, ya superamos lo más difícil, ahora solo queda mejorar”.
En la ceremonia de investidura presidencial, Bukele hizo un juramento con los asistentes: “Juramos defender incondicionalmente nuestro proyecto de nación, siguiendo al pie de la letra cada uno de los pasos, sin quejarnos, pidiendo la sabiduría de Dios para recibir nuevamente otro milagro y juramos no escuchar a los enemigos del pueblo”.