AFP
La tasa de mortalidad materna de Estados Unidos aumentó en 2021, el segundo año de la pandemia de covid-19, señala un informe publicado este jueves, según el cual las mujeres negras tienen más del doble de probabilidades de morir que las blancas.
Un total de 1,205 mujeres murieron en el país norteamericano durante el embarazo o poco después de dar a luz en 2021, frente a las 861 de 2020 y las 754 de 2019, indicó el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS, por su sigla en inglés).
La tasa de mortalidad materna estadounidense es la más alta entre las naciones de altos ingresos y la cantidad de muertes en 2021 fue la mayor desde mediados de la década de 1960.
En 2021 hubo 32,9 muertes maternas por cada 100,000 nacimientos vivos, frente a 23,8 por 100,000 en 2020 y 20,1 por 100,000 en 2019, precisó el NCHS.
La tasa de mortalidad materna de las mujeres negras en 2021 fue de 69,9 muertes por cada 100,000 nacimientos vivos, 2,6 veces superior a la de las mujeres blancas, que fue de 26,6 por 100,000.
La Organización Mundial de la Salud define la mortalidad materna como la muerte durante el embarazo o dentro de los 42 días posteriores al parto por cualquier causa relacionada o agravada por el embarazo o su manejo.
El informe del NCHS no proporcionó ninguna razón para el aumento de las muertes maternas en 2021 o la disparidad entre mujeres negras y blancas.
Sin embargo, expertos médicos dijeron que la pandemia de covid-19 fue un factor significativo, junto con las condiciones socioeconómicas y las carencias de acceso a atención prenatal y posnatal de calidad para gran cantidad de mujeres negras.
“La pandemia de covid-19 tuvo un efecto dramático y trágico en las tasas de mortalidad materna, pero no podemos permitir que ese hecho oscurezca que ya hubo, y todavía hay, una crisis de mortalidad materna”, dijo Iffath Abbasi Hoskins, presidente del Colegio de Obstetras y Ginecólogos de Estados Unidos.
La eliminación de las “desigualdades de salud raciales” debe ser una de las principales prioridades de salud pública, dijo Hoskins en un comunicado.
“Las personas negras embarazadas y en posparto continúan representando una cantidad desproporcionada de muertes maternas a tasas crecientes y alarmantes”, agregó. “Esta tendencia debe detenerse”.