AFP
Miles de personas se congregaron este jueves por la noche en Tiflis, la capital de Georgia, tras dos días de protestas y enfrentamientos con la policía y pese a que el gobierno retiró finalmente un polémico proyecto de ley.
La presidenta prooccidental Salomé Zurabishvili, crítica con el gobierno de su país pero que tiene poderes limitados, se felicitó de la “victoria” de los manifestantes.
“Quiero felicitar a la sociedad por su primera victoria, estoy orgullosa de la gente que ha hecho oír su voz”, declaró en un discurso televisado desde Nueva York.
Por su parte el ministerio del Interior anunció la “liberación” de los manifestantes detenidos desde el martes, a una de las exigencias de la oposición, y dijo que investigará para “identificar y detener a quienes atacaron a la policía”.
Entre la multitud congregada en el centro de Tiflis, muchos denunciaban la política del actual gobierno.
“Nuestro gobierno es nuestro único obstáculo para la adhesión a la Unión Europea”, dijo Eka Kamkamidze, un matemático de 39 años.
“O dimiten y Georgia entra en Europa, o siguen en el poder y caemos presa de Putin” aseguró.
Los manifestantes respondían al llamamiento de varios partidos de la oposición, a pesar de que el partido gobernante, Sueño Georgiano, retiró el jueves, tras dos días de grandes manifestaciones, un proyecto de ley considerado represivo por sus críticos.
“Como partido de gobierno responsable ante todos los miembros de la sociedad, hemos decidido retirar incondicionalmente este proyecto de ley que apoyábamos”, declaró el partido.
La oposición acusa al gobierno georgiano de querer introducir una legislación inspirada en el modelo ruso para clasificar como “agentes extranjeros”, so pena de multa, a las oenegés y medios de comunicación que reciban más del 20% de su financiación del extranjero.
Georgia, una antigua república soviética del Cáucaso de unos cuatro millones de habitantes, lleva años sacudida por una crisis política entre los que quieren acercarse a Europa y los que prefieren a Rusia.
Georgia y Rusia se enfrentaron en 2008 en una breve guerra que ganó el ejército de Moscú.
El Kremlin se declaró este jueves “preocupado” por los disturbios en el país vecino, pero negó cualquier relación con el proyecto de ley sobre los “agentes extranjeros”.
“El Kremlin no tiene absolutamente nada que ver con esto”, declaró su portavoz, Dmitri Peskov.