AFP
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró este jueves su propuesta para que Estados Unidos invierta en Centroamérica como forma de detener la migración indocumentada, luego de que el país vecino reactivó una política que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México el resultado de sus trámites.
“No se puede resolver un problema social sólo con medidas coercitivas, se tiene que atender la causa, se está buscando convencer al gobierno de Estados Unidos para que se invierta en el desarrollo en Centroamérica”, señaló López Obrador ante la prensa.
El mandatario también reiteró su propuesta para que Estados Unidos y Canadá otorguen visas temporales de trabajo a migrantes para cubrir sus necesidades de “fuerza de trabajo”, las cuales con el tiempo puedan convertirse en documentos de residencia.
Esa estrategia, añadió, permitiría el crecimiento productivo de América del Norte y con ello se dejaría de rechazar “a diestra y siniestra” a inmigrantes indocumentados.
El gobierno de México había expresado el miércoles que en apego a su política exterior “no se posiciona” con respecto al fallo de la Suprema Corte de Estados Unidos. Agregó que una decisión judicial de ese tipo “no lo obliga” y que su política migratoria “se diseña y ejecuta de manera soberana”.
Impulsado por el expresidente republicano Donald Trump, el programa “Quédate en México” permitió que decenas de miles de solicitantes de asilo, en su mayoría de Centroamérica, fueran enviados de regreso a la frontera con México a la espera del resultado de sus trámites de ingreso.
Sobre la política migratoria de México, López Obrador dijo que el gobierno procura “ayudar manteniendo a migrantes en albergues” cuando ingresan por el sureste del país.
“Hemos tomado la decisión de cuidar a los migrantes en el sureste para que no haya violación de sus derechos humanos, porque es muy riesgoso para que atraviesen nuestro país”, debido a las acciones del crimen organizado, apuntó.
El número de detenciones de indocumentados, incluidos menores no acompañados, batió un récord de 15 años en abril pasado en la frontera entre Estados Unidos y México. De las más de 178.600 personas interceptadas, el 82% provenía de México y Centroamérica.
Para contener la migración ilegal, el gobierno mexicano tiene desplegados 27.562 efectivos de las fuerzas armadas en sus fronteras sur y norte.